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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Nuevos y extraños acontecimientos

Nuevos y extraños acontecimientos

Nuevos y extraños acontecimientos[1]

 

 

7 de marzo de 1938

 

 

 

El 28 de febrero planteé la hipótesis de que después de la experiencia de los juicios anteriores, el actual sería mejor preparado y dirigido. Esta suposición resultó ser infundada. Desde ahora, breves comunicados atestiguan el hecho de que en el juicio actual las contradicciones y los absurdos no son menores a los de los juicios anteriores. Esto se explica, en su mayor parte, por el hecho de que los organizadores del fraude no podían empezar su trabajo creativo en una nueva página; fueron obligados a remendar rotos de los juicios anteriores, bordar lágrimas en la tela, reconciliar contradicciones y al mismo tiempo ocuparse de crear sensaciones más intensas, aumentando el número de las víctimas y las dimensiones espaciales del crimen.

1. Krestinski declara que recibió una carta mía fechada el 19 de diciembre de 1936 -es decir diez años después de yo haber roto relaciones con él- y que en ella yo había recomendado la creación de una "amplia organización militar". Esta supuesta carta, que forzosamente destacaba la "amplia" escala de la conspiración, tenía como fin, evidentemente, justificar la exterminación de los mejores oficiales del Ejército Rojo, que comenzó el año pasado pero que aún está lejos de concluirse. Krestinski, por supuesto, "quemó" mi carta, siguiendo el ejemplo de Radek y, fuera de sus reminiscencias confusas, no presentó nada a la corte.

Mientras tanto, en diciembre de 1936, mi esposa y yo estábamos encerrados por el gobierno noruego a pedido de Moscú y toda mi correspondencia pasaba por las manos de la policía noruega. Si admitimos la posibilidad de que escribí mis "instrucciones" con tinta invisible, existe aún el problema del sobre y la dirección a la que fue enviada. Todo correo que llegaba o salía, era registrado en la llamada "oficina de pasaportes" de Oslo: por lo tanto una verificación judicial no presentaría ninguna dificultad.

Deseo añadir que en aquella época escribí una carta formal a mi abogado noruego, Puntervold, y le pedí que guardase la mayor cautela con visitantes desconocidos, que en un futuro pudieran figurar en los nuevos juicios como intermediarios entre mi abogado, yo, y los "terroristas" de Moscú. Todos los documentos necesarios sobre el asunto están en manos de la señorita Suzanne La Follete, secretaria de la Comisión de Investigación de Nueva York.[2]

2. El mismo Krestinski declaró que supuestamente yo le había escrito otra carta, esta vez desde México, en la cual expresaba mi "indignación" por el testimonio revelador de Piatakov en el estrado de los testigos. El objetivo de esta supuesta carta es claro: afianzar con mi "indignación" el testimonio de Piatakov, que está irremediablemente desacreditado por su famoso vuelo de Berlín a Oslo en diciembre de 1935, siendo que según el testimonio de las autoridades oficiales, ningún avión aterrizó en esa ciudad en aquel mes.[3]

Tal carta podría ayudar a Vishinski pero, ¿por qué podría serme útil a mí? El juicio de Piatakov había terminado y éste ya había sido ejecutado. Expresar simplemente indignación platónica en una carta conspirativa que tenía que pasar varias fronteras habría sido el colmo de la locura, especialmente si consideramos la personalidad del individuo a quien estaba dirigida. La conducta de Krestinski en el juicio lo señala como un perfecto histérico. Si mi supuesto amigo, Piatakov, me "traicionó" podía presumirse con mayor probabilidad que Krestinski también lo haría. ¿Qué sentido tenía entonces enviar una carta a Krestinski, que no me aportaría el menor beneficio, pero que en cambio, de caer en manos de la GPU, sería un arma más poderosa en mi contra que todas las confesiones de todos los acusados juntos? Pero la carta no cayó en manos de nadie. Por supuesto fue "quemada", en cuanto una carta no escrita puede serlo.

3. La acusación atribuye a Bujarin el plan de asesinar a Lenin, Stalin y Sverdlov en 1918, cuando Bujarin y su grupo lucharon contra la firma del tratado Brest-Litovsk[4] Quien quiera que conozca a estas personas y a sus relaciones comprenderá sin dificultad lo absurdo de esta acusación. Bujarin era tan apegado a Lenin como lo es un niño a su madre. En cuanto a Stalin, en 1918 era una figura tan secundaria, que al más terrible "terrorista" no se le hubiese ocurrido elegirlo como víctima. La labor de esta parte del juicio fue la de extender la actual "grandeza" de Stalin al pasado.

4. En relación a esta acusación contra Bujarin, varios de los participantes de su grupo en 1918, Osinski, Iakovleva y Mantsev, figuraron en el proceso como testigos, es decir, son los acusados de mañana[5] Pero faltan los nombres de dos personas que desempeñaron un importante papel en el grupo de oponentes al tratado de Brest-Litovsk, a saber Kuibishev y Iaroslavski.[6] Es verdad que al primero, antiguo jefe de la Gosplan [Comisión de Planeación Estatal] lo declaran ahora como envenenado por los doctores del Kremlin. Pero esto no cambia el problema. En 1918, como amigo de Bujarin, trató evidentemente de envenenar a Lenin, Stalin y Sverdlov. En cuanto a Iaroslavski, no sólo está vivo y saludable sino que participa activamente en todas las purgas contra la Oposición. Obviamente, esa es la razón por la cual este bujarinista de 1918 recibió amnistía. ¿Continuará ésta por mucho tiempo? Si Iagoda, ayer jefe de la GPU, se sienta hoy en el banquillo de los acusados, entonces nadie podrá garantizar el destino de Iaroslavski.

¡Cuánta bufonada ruin en esta terrible tragedia!



[1] Nuevos y extraños acontecimientos. Por permiso de la Biblioteca de la Universidad de Harvard. No se sabe si este artículo fue impreso antes. Su segundo párrafo fue tomado de El ejército contra Stalin.

[2] Suzanne La Follete: autora y antigua editora de New Freeman, fue secretaria de la comisión Dewey.

[3] Durante el segundo Juicio de Moscú, en enero de 1937, Piatakov "confesó" haber huido a Oslo en diciembre de 1935 con el fm de obtener "instrucciones" de ’I’rotsky para actividades terroristas; aquel estaba en Noruega. Se probó después que ningún avión habla aterrizado en Oslo durante el mes ese diciembre debido a condiciones atmosféricas.

[4] Brest-Litovsk: pueblo de la frontera ruso-polaca donde se firmó un tratado por el cual se terminaban las hostilidades entre Rusia y Alemania, en marzo de 1918. Los términos eran excesivamente desfavorables para el nuevo gobierno soviético y hubo graves diferencias entre sus dirigentes sobre aceptarlas hasta que la propuesta de Lenin de hacerlo se adoptó. Bujarin encabezó un grupo de "comunistas de izquierda" que se opusieron a firmar el tratado. Se rumoró que cuando falló en ganar una mayoría para su grupo, Bujarin habló de "detener" el gobierno de Lenin, que incluía a Iakov Sverdlov (1885-1919), presidente del Comité Central Ejecutivo de los Soviets, secretario del Comité Central bolchevique y primer presidente de la República Soviética Rusa.

[5] V. V. Osinski (1887-1938): ocupó un puesto en el comisariado de agricultura y era miembro candidato del Comité Central en el momento de su detención. Varvara Iakovleva (muerta en 1944): había sido miembro candidata del Comité Central de 1917 y comunista de izquierda en 1918. Dio evidencia estatal en el juicio de Bujarin. Vasili Mantsev (1888-1939): como Bujarin, negó el cargo de tramar el asesinato de Lenin. Los tres fueron condenados y sentenciados a muerte, pero Iakovleva no fue ejecutada hasta 1944.

[6] Emelian Iaroslavski (1878-1943): un alto especialista stalinista en la campaña contra el trotskismo, formó parte del equipo que lo acusó y exigió su expulsión del partido en 1927.



Libro 5