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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Las “confesiones voluntarias” de los acusados

Las “confesiones voluntarias” de los acusados

Las “confesiones voluntarias” de los acusados[1]

 

 

26 de enero de 1937

 

 

 

Sigue la marea de confesiones. Mientras se denuncian recíprocamente y ayudan al fiscal, los acusados se confiesan culpables de crímenes odiosos. Los sicólogos baratos buscan la explicación de este fenómeno en las características del “espíritu ruso”. Esto equivale a decir que los revolucionarios rusos, inclusive los terroristas, carecen de la valentía necesaria para defender sus convicciones ante un tribunal. Pero, en reali­dad, los “terroristas” que están en el banquillo no están allí por convicción, sino en cumplimiento de órdenes. La GPU les ha dicho: “Hitler necesita movi­lizar en contra nuestra a la burguesía del mundo entero mediante la consigna de la salvación del orden exis­tente, contra la anarquía. Debemos demostrarle a la burguesía francesa, inglesa y norteamericana que, al mismo tiempo, Hitler no descarta la posibilidad de una alianza con Trotsky. Así podríamos impedir el aislamiento de la URSS. En cambio, Trotsky, con la cam­paña propagandística que realiza en el exterior, debilita a la URSS (estos señores identifican a la URSS con la camarilla de Stalin). Ustedes, viejos trotskistas, son los únicos que pueden ayudarnos a desacreditar a Trotsky”.

Los que resisten son ejecutados sumariamente durante la indagación. No es de extrañar que los acusa­dos aparezcan como celosos asistentes del fiscal. El acusado Boguslavski manifestó en el tribunal que sus confesiones son “absolutamente voluntarias”; recuérdese que los acusados hicieron la misma declaración en su primera confrontación con el fiscal. Estas desgra­ciadas víctimas creen que sólo la obediencia absoluta y el canto de alabanzas a los dirigentes salvarán sus vidas. Existen muchas razones para creer que han errado el cálculo.



[1] Las “confesiones voluntarias” de los acusados. El proceso de Moscú.



Libro 5