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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

No, no es lo mismo

No, no es lo mismo

No, no es lo mismo[1]

 

 

18 de junio de 1938

 

 

 

El Workers Age del 11 de junio trae un artículo en defensa de los largos años de sometimiento de Lovestone y Compañía a la burocracia termidoriana. Este artículo prueba, una vez más, que esta gente es incorregible.

En mi estudio sobre moral, señalé la actitud criminal de Brandler y Lovestone hacia los Juicios de Moscú. La respuesta de Lovestone fue: "Sí, nos equivocamos, pero Trotsky también se equivocó con el juicio de los mencheviques en 1931. ¿Dónde está la diferencia?"

Le explicaremos brevemente la diferencia a estos caballeros. Los mencheviques son un partido conservador, pequeñoburgués, atado al imperialismo. En la Revolución de Octubre se unieron a la burguesía en contra del proletariado. Durante la Guerra Civil, el ala derecha de los mencheviques (Maiski, Troianovski y muchos otros) estuvieron del lado de los imperialistas; incluso algunos tomaron las armas.

En París los mencheviques emigrados consideran a León Blum, el empleado de los monopolios y el verdugo de los pueblos coloniales, como su amigo y líder. Bajo estas circunstancias, diferentes formas de bloques entre mencheviques rusos, especialmente de sus representantes individuales y grupos con imperialistas, son del todo posibles políticamente, tanto en el presente y el futuro, como lo fueron en el pasado.

Los acusados en el juicio de los mencheviques en 1931 eran gente parcial o totalmente desconocida, cuyo pasado político no ofrecía ninguna garantía y cuyos criterios políticos en el momento del juicio permanecían completamente desconocidos.

Si, en vista de las circunstancias expuestas, admití la posibilidad de que estos u otros mencheviques, o antiguos mencheviques, estuviesen realmente comprometidos en intrigas y combinaciones imperialistas, sin embargo, eso no quiere decir que soy el defensor de la burocracia o de la justicia stalinista. Al contrario, sostuve una lucha irreconciliable contra la oligarquía de Moscú.

El caso era -con el permiso de Mr. Lovestone- algo diferente en los juicios contra los "trotskistas". Por todo su pasado, este grupo había demostrado que estaba poco inclinado a la amistad con la burguesía y el imperialismo. La literatura de los "trotskistas" ha sido y sigue siendo accesible a todos. Zinoviev y Kamenev eran figuras de magnitud internacional. Creo que Lovestone los conocía personalmente bastante bien. La acusación contra ellos era política y psicológicamente absurda.

Los juicios contra los "trotskistas" tuvieron lugar cinco años después del juicio de los mencheviques. Durante aquellos cinco años, nuestra literatura logró desenmascarar completamente los métodos de fraudes y amalgamas de la burocracia termidoriana.

No haber visto todo esto, sólo es posible para quienes no querían saber ni ver. Precisamente a esta categoría pertenecen Brandler, Lovestone y sus amigos. Ellos nunca creyeron que Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Smirnov, Radek, Piatakov y los otros, fuesen terroristas contrarrevolucionarios aliados de los fascistas, etcétera.

Lovestone y compañía no tienen oficio como marxistas pero nadie los considera idiotas. Sabían perfectamente que estábamos enfrentados a un fraude gigantesco. Pero como su política pequeñoburguesa, cobarde y conservadora, habían comprometido firmemente su reputación con la de la burocracia termidoriana, intentaron seguirla hasta el final, con la esperanza de que Stalin tuviese éxito en esta burla a la opinión pública. En sus corazones conservaban la esperanza de que por este servicio el Kremlin finalmente los "reconocería" y los llamaría a "posiciones". Sólo cuando vieron que el superfalsificador de Moscú había fracasado ignominiosamente, se retractaron y reconocieron a media voz su "pequeño" error.

En Francia a finales del siglo pasado, Dreyfus, un oficial judío, fue acusado de espionaje. Dreyfus era una figura desconocida para todos. Uno podía ser sinceramente, un demócrata, un socialista, un opositor al antisemitismo, etcétera, e incluso admitir la posibilidad de que Dreyfus realmente pudiese ser un espía: tales cosas no son extrañas entre los oficiales. Pero era algo completamente diferente, salir en defensa del estado mayor francés y de toda clase de pícaros reaccionarios y tomar parte en la campaña periodística antisemita.

¡Entre estos dos "errores" hay alguna diferencia, caballeros del Workers Age! Uno tiene un carácter episódico; el otro fluye orgánicamente con podredumbre, una y otra vez, de una posición política.

No estoy escribiendo esto para Lovestone y su camarilla. Esta gente no tiene esperanza. Durante quince años sólo han sido sombras de diferentes grupos de la burocracia soviética. Lovestone era un zinovievista con Zinoviev, un bujarinista con Bujarin y un stalinista con Stalin. Por quince años repitió todas las calumnias y falsificaciones contra los así llamados "trotskistas". Su fraternización con Vishinski y Iagoda en 1936 fue un eslabón natural en esta cadena vergonzosa. Lovestone no puede ser reeducado. Pero en las filas de los así llamados lovestonistas, indudablemente hay gente por completo sincera que ha sido sistemáticamente mal conducida. Para ellos escribo estas líneas.



[1] No, no es lo mismo. Socialist Appeal, 2 de julio de 1938. Respuesta a un articulo publicado en Workers Age, el semanario del Partido Laborista Independiente.



Libro 5