Logo
Logo
Logo

Importante evento en homenaje a León Trotsky

 

EN EL auditorio del hotel BAUEN

a 71 ños del asesinato de León trotsky

Por Alicia Rojo

Organizado por el CEIP “León Trotsky”, el Instituto de Pensamiento Socialista “Karl Marx”, Contraimagen y TVPTS se llevó a cabo el 31 de agosto el evento en homenaje a Trotsky en el auditorio del Hotel Bauen (recuperado por sus trabajadores). Fue el único que se realizó en nuestro país, en el que se presentaron las últimas publicaciones del CEIP, “El caso León Trotsky” y un nuevo número de Cuadernos, “Los trotskistas contra Stalin”, además se presentó el mediometraje “Mi nombre es Trotsky”. El evento fue presentado por Julio Rovelli, por la editorial del IPS y contó con la presencia de 350 personas. El panel estuvo integrado por la coordinadora del CEIP, Andrea Robles, el dirigente del PTS, Christian Castillo, el sociólogo y ensayista Eduardo Gruner, y los realizadores del mediometraje, Hernán Aragón y Javier Gabino.

Entre las personalidades más destacadas que se hicieron presentes estuvieron los escritores Noé Jitrik y Tununa Mercado, los cineastas Adolfo García Videla y Claudio Remedi, el actor Oscar Musa (protagonista de “Mi nombre es Trotsky” ), los investigadores Hernán Camarero, Juan Hernández y Guillermo Almeyra. Esteban Volkov, nieto de Trotsky envió desde México un saludo al acto y un reconocimiento a la labor del CEIP, que fue leído por Julio Rovelli: “El gran mérito de León Trotsky –expresó- fue transcribir en el menor detalle, con gran precisión y certero análisis marxista todos los acontecimientos donde fue principal protagonista y testigo. Legándonos un extraordinario arsenal de ideología revolucionaria marxista (…) Los camaradas del CEIP han comprendido plenamente la importancia de difundir este arsenal; una vez más les reitero toda mi admiración”.

“Difícilmente en la historia del marxismo haya habido período más fecundo y más creativo y resultados menos conocidos o directamente ignorados”, así describe el historiador Pierre Broué la historia de la Oposición de Izquierda en tierras del propio Estado Obrero soviético, sometida a la implacable persecución del régimen stalinista que se consolidaba. Este es el tema central del libro “Los trotskistas en la URSS” que se incluye en la nueva publicación del CEIP León Trotsky, Cuadernos del CEIP N° 15. Esta publicación incluye además los avances de una investigación que está llevando adelante el CEIP sobre la Oposición de Izquierda rusa.

Cuadernos… incluye también un artículo que Noé Jitrik ha escrito a propósito de “El Caso León Trotsky”, el último libro publicado por el CEIP. “La publicación de las actas de ese ‘juicio’ -expresa Jitrik-, ‘El caso León Trotsky’, es un aporte mayor puesto que si el juicio en sí mismo tiene una significación única lo que ahí ocurrió efectivamente la duplica (…) [es] una presentación, por boca de uno de los testigos más calificados, de un fragmento de la historia contemporánea…”. Este “juicio” fue conocido como la “comisión Dewey”, ya que este filósofo norteamericano la presidió con el fin de desarmar la maquinaria acusatoria que el stalinismo había fabricado contra Trotsky y que ya había llevado a la muerte a miles de revolucionarios en los llamados Juicios de Moscú.

“Comienza un período donde se reactualiza la necesidad de conocer todas estas experiencias y tomar sus mejores enseñanzas y sus lecciones”

Andrea Robles abrió el evento presentando las últimas publicaciones del CEIP y el mediometraje “Mi nombre es Trotsky”. En el marco de la reivindicación de la tarea del Centro, resaltó la importancia de la investigación que se está impulsando: “Esta investigación que comenzamos, como otras que hemos hecho y otras que pensamos encarar, es posible porque pudimos aprovechar las nuevas posibilidades de acceso y digitalización de fuentes que el CEIP viene reuniendo y organizando a lo largo de estos años. Nuestra labor ha contado con el importante apoyo de personalidades como el nieto de Trotsky, Esteban Volkov, de historiadores como Al Richardson, Pierre Broue o J.J. Marie, historiadores e intelectuales de nuestro país y de países de Latinoamérica junto con la participación indispensable de jóvenes y también de viejos militantes del partido, simpatizantes del trotskismo que se acercan y participan de los trabajos que realizamos.” 

Andrea Robles destacó la actualidad del legado de Trotsky. “Hoy con la crisis capitalista mundial es más fácil ver la actualidad que recobra la obra de León Trotsky y la IV Internacional. Comienza un período donde se reactualiza la necesidad de conocer todas estas experiencias y tomar sus mejores enseñanzas y sus lecciones. No en un sentido dogmático sino en el sentido inverso de la proscripción interesada de los escribas de la burguesía de considerarla una experiencia perimida e impedir que en la actualidad tomemos como referencia esa vasta experiencia que hicieron generaciones de revolucionarios, como la que después de Marx y Lenin, continuó León Trotsky.” Destacó los nuevos desafíos que los actuales tiempos le abren al CEIP: “la necesidad de intervenir en los debates que se han abierto en torno a la figura de Trotsky, potenciar el conocimiento de su historia, la investigación y traducción de trabajos como los que publicamos en libros y Cuadernos, reflexionando sobre su actualidad, facilitando el acceso a su obra a estudiosos, investigadores y escritores.”

Finalmente, Robles resaltó la abundancia de estudios sobre su vida y su obra, en muchos de ellos los intelectuales de la burguesía buscan empequeñecer su figura y denostar su ejemplo. Es que las falsedades históricas han impregnado la historia de la corriente trotskista detrás de las persecuciones del stalinismo y los ataques de la burguesía. Es también un objetivo del CEIP León Trotsky despejar la verdad histórica y aportar a su reconstrucción.

“Un aporte formidable a la historia del trotskismo, a la historia de la cultura revolucionaria y a la historia del siglo XX en general”

Luego fue el turno de Eduardo Grüner. que resaltó la importancia de los “tres documentos”, que se estaban presentando, que, cada uno con su particularidad, “constituyen un aporte formidable, decisivo, a la historia del trotskismo, a la historia de la cultura revolucionaria y a la historia del siglo XX en general”, no sólo como documentos historiográficos sino porque además “ponen en juego toda una serie de debates y problemas que atraviesan la actualidad, la reflexión sobre los procesos revolucionarios del pasado, del presente y del futuro”.

Planteó una reflexión en torno al carácter del asesinato de Trotsky al que definió como el mayor crimen político del siglo XX en función de la magnitud del personaje asesinado: “un hombre serio de verdad, por su voluntad revolucionaria irrenunciable, su dimensión humana compleja, ambivalente y contradictoria pero nunca vacilante”.

Elogiando el artículo de Noé Jitrik presentando en Cuadernos, destacó la producción literaria alrededor de la figura de Trotsky; al tiempo que remarcó como característica del propio Trotsky ser “capaz de ser un comandante revolu cionario férreo” y poseer una “sensibilidad refinada hacia el arte”, condición expresada en la publicación de su libro “Literatura y Revolución” mientras comandaba el Ejército Rojo.

Para Grüner, el mediometraje que se estrenó logra captar algo “muy extraño que sucede en las actas del Proceso de Coyoacán, en las que hay momentos en que la verdad salta del documento, estalla y uno tiene la sensación de que se está discutiendo algo trascendente para la humanidad. Estos son los que llamó “momentos fulgurantes de verdad”, entre los que destacó pasajes de “El Caso León Trotsky”, como aquel en que Trotsky explica la inigualable relevancia histórica de la traición del stalinismo; ya que este régimen “había partido del gigantesco aliento” que significó para la humanidad la primera revolución socialista de la historia.

“Si la perspectiva socialista es recuperada por el movimiento de masas será con las banderas del trotskismo”

Después habló, Christian Castillo que resaltó la importancia de las tradiciones para los revolucionarios que hacen posible “no empezar de la nada” y permiten “engarzar nuestra praxis política con la que tuvieron otros revolucionarios que en otros momentos de la historia tuvieron los mismos ideales que nosotros”. Destacó la importancia de rescatar, como hace el historiador trotskista Pierre Broué en su valiosísimo trabajo, Los trotskistas en la URSS, que se presenta en Cuadernos, el papel jugado por los militantes de la Oposición de Izquierda en la Unión Soviética que podían constituirse en una alternativa revolucionaria frente a la burocratización del Estado Obrero, y cuya derrota fue condición para que este proceso se consolidara. “Si no fuera por quienes murieron en esos campos de concentración, no rindiéndose ante nada, siendo denostados, soportando ejércitos de burócratas, lo que hubiese quedado de la historia del comunismo sería el stalinismo, la contrarrevolución burocrática”; esta es la relevancia histórica de la recuperación de la experiencia de los militantes de la Oposición de Izquierda.

Por lo tanto, remarcó que León Trotsky no fue una figura que actuó “en soledad” sino que fue parte “de un movimiento de resistencia obrera y popular contra el stalinismo”, en el que los trotskistas entroncaban con lo mejor de la vanguardia obrera y juvenil que enfrentaba a la burocracia. La consolidación del proceso de burocratización, al que sólo la Oposición de Izquierda ofrecía una explicación y una alternativa, no se dio sin luchas ni resistencia, fue posible por la sucesión de derrotas de la Oposición, de las que el asesinato de Trotsky en México no fue más que un paso. Con su desaparición, “un frío cálculo político”, Stalin liquidaba la perspectiva de que una parte del Partido Comunista, aún purgado, viera en Trotsky una perspectiva frente a los procesos revolucionarios que la Segunda Guerra Mundial abriría.

Finalmente alentó al estudio de la obra de Trotsky y los trotskistas y la reflexión sobre la estrategia y el programa de la IV Internacional, condición para la formación de los revolucionarios particularmente frente a momentos de crisis capitalista como la actual, “si la perspectiva socialista va a ser recuperada por el movimiento de masas es impensable que se haga bajo las banderas del stalinismo, será con las banderas del trotskismo o no será”.

“Mi nombre es Trotsky”

Javier Gabino y Hernán Aragón reflexionaron acerca de sus objetivos a la hora de pensar una ficción acerca de León Trotsky. Contaron cuáles fueron los disparadores para pensar el mediometraje: claramente el punto de partida fue El Caso León Trotsky, pero también el libro “El hombre que amaba a los perros” de Padura que les permitió un “acercamiento al lado humano de Trotsky.

Pensar la “falsificación” también fue un disparador para los realizadores, expresado en la “desaparición” de los opositores operada en las fotografías por los funcionarios de la burocracia stalinista, y recopilada en la obra de David King. A partir de aquí el film se propone ser una ficción en que “la alteración entre pasado y presente, la idea de confluencia de los tiempos, la hipótesis de un ‘encuentro’ entre el personaje de Julieta y el de Trotsky además de recurso narrativo opera como metáfora política que el espectador tiene que descifrar… La respuesta final que Trotsky da a la pregunta de Julieta golpea precisamente contra dos sentimientos de la época: el escepticismo y el conformismo: ‘los que sean conformistas pueden apartarse’”, dirá León Trotsky, perseguido, calumniado y condenado al exilio, pero empeñado en la tarea que guiará sus últimos años, la creación de una organización revolucionaria que se preparara para ser la dirección de las masas oprimidas de todo el mundo. El evento concluyó con la proyección del mediometraje y el reconocimiento entusiasta del público presente.



Novedades