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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

En respuesta a la carta de un amigo

En respuesta a la carta de un amigo

En respuesta a la carta de un amigo[1]

 

 

7 de febrero de 1930

 

 

 

Querido amigo:

 

Me dice en su carta que es posible cambiar con críticas y presiones el peligroso curso en que se ha em­barcado la dirección stalinista, que ésta sólo puede gi­rar a la ultraderecha y que, por lo tanto, es imposible polemizar "desde la derecha" con el actual curso ultraizquierdista. Si llevamos esta concepción hasta sus úl­timas consecuencias, debemos decir que todo el comu­nismo mundial se está transformando en la aventura de la colectivización total y la liquidación de los kulakis en un lapso de dos años. ¿Es concebible? ¿Podemos acep­tarlo? ¡No! No sé si nos encontramos ante el último o el penúltimo tiro al aire del centrismo, así como no sé cuántos zigzags, virajes, rupturas y conmociones nos esperan en el camino de la construcción del socialismo (o, en el caso de un revés, hasta el derrumbe de la dictadura)[2]. Pero jamás, en ninguna etapa, nos podemos solidarizar, directa o indirectamente, con una política ilusoria que surge de una premisa teórica errónea. La política de apostar todo a la única carta de la industrialización y la colectivización total surge de la teoría del socialismo en un solo país. Naturalmente, si tienen éxi­to la habrán verificado en la práctica. Pero, lamentablemente, el éxito de esta política está totalmente descar­tado. La colectivización total significa introducir en las granjas colectivas todas las contradicciones del campo. La "liquidación" de los kulakis que todavía permane­cen fuera de las granjas colectivas significa encubrir a los que reaparecen automáticamente dentro de ellas. Industrializar sobre la base de factores subjetivos ("no atre­verse a presentar las causas objetivas") es sentar las premisas para una crisis muy severa. Todo esto apare­cerá claramente mucho antes de que el plan quinquenal llegue a su fin. ¿Cómo abstenernos de decirle la verdad al partido? "La derecha quiere unirse a nosotros", dice usted. Por un tiempo, quizás se nos unan algunos elementos de la derecha. Pero ese peligro no es nada en comparación con el de comprometer total y definitiva­mente al comunismo a escala mundial.

No olvide usted que existe la Internacional. El opor­tunismo desenfrenado se difunde a escala internacio­nal, a todas partes por igual: para nosotros, es "colec­tivización total"; para Alemania, dicen que "1923" se volverá a producir; para todo el mundo, es el "tercer período". Están jugando la suerte del comunismo a la carta del aventurerismo burocrático. Aunque creyera que para una URSS aislada no queda otra política que el aventurerismo stalinista, yo no ocultaría esta triste verdad, porque hay que proteger la herencia del pensa­miento marxista y su futuro. Pero pienso que los recur­sos de la Revolución de Octubre son imposibles de me­dir; no existe razón alguna para concluir que están agotados y que no debemos tratar de impedirle a Stalin hacer lo que hace.

Nadie nos nombró inspectores del devenir histórico. Somos representantes de una corriente definida, el bolchevismo, y seguimos siéndolo ante todos los cambios y en todas las condiciones. No hay, ni puede haber otra respuesta de mi parte.



[1] En respuesta a la carta de un amigo. Biulleten Opozisti, Nº 10, abril de 1930, donde apareció como la tercera de tres cartas a la Unión Soviética con el título De las circulares de la Oposición. Traducido del ruso [al inglés] para este volumen [de la edición norteamericana] por Jim Burnett. Estas cartas, en las que Trotsky respondía a las cuestiones planteadas en la correspondencia de los oposicionistas de la URSS, eran copiadas y distribuidas a mano. Las otras dos circulares aparecen en el volumen 2 de este tomo.

[2] La dictadura: referencia a la dictadura del proletariado o dictadura proletaria, término con que los marxistas designan el régimen de la clase obrera que sobrevendrá luego de la caída del régimen de la clase capitalista (dicta­dura de la burguesía). Otros sinónimos más modernos son "estado obrero" y "democracia obrera".



Libro 1