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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

El conflicto sino-soviético: declaración a la Prensa

El conflicto sino-soviético: declaración a la Prensa

El conflicto sino-soviético: declaración a la Prensa[1]

 

 

22 de julio de 1929

 

 

 

Por supuesto, mis opiniones sobre el conflicto sino - soviético son personales. No tengo informes fuera de lo publicado por los diarios. En estos casos, lo que apare­ce en los diarios siempre es insuficiente.

No cabe duda de que el papel de agresor lo cumplió el gobierno chino y no el soviético. El aparato adminis­trativo del Ferrocarril Oriental de China existe desde hace años. Las organizaciones obreras atacadas por el régimen chino también existen desde hace tiempo. Las disposiciones administrativas para el Ferrocarril fueron elaboradas cuidadosamente por una comisión especial que yo presidí[2] y sus resoluciones fueron ratificadas en abril de 1926, tomando en cuenta, como es debido, los intereses chinos.

La conducta del actual gobierno chino obedece a que éste se fortaleció con la aplastante derrota sufrida por los obreros y los campesinos. No me detendré aquí en las causas de la derrota de la movilización revolucio­naria del pueblo chino porque ya las analicé exhaustivamente en trabajos publicados anteriormente. El gobier­no, surgido de una revolución totalmente derrotada, se siente débil, como siempre ocurre en estos casos, frente a las potencias que esa revolución combatió, sobre todo el imperialismo británico y el japonés. Por eso se ve obligado a tratar de incrementar su poder e influencia con actitudes aventureristas hacia su vecino revo­lucionario.

¿Es inevitable que la provocación, fruto de la derro­ta de la revolución china, desemboque en una guerra? No lo creo. ¿Por qué? Porque el gobierno soviético no quiere la guerra y el gobierno chino es incapaz de librarla.

El ejército de Chiang Kai-shek[3] triunfó en 1925 - 1927 [contra los señores de la guerra] gracias a la insu­rrección revolucionaria de las masas. Al volverse en contra de éstas, perdió su fuente principal de poder. Como organización puramente militar, el ejército de Chiang Kai-shek es extremadamente débil, y él no pue­de desconocer que el gobierno soviético está muy al tanto de la debilidad de su ejército. Es inconcebible que Chiang Kai-shek pueda declararle la guerra al Ejército Rojo sin ayuda de otras potencias. Más precisamente, Chiang Kai-shek sólo podría hacer la guerra si su ejér­cito fuera el destacamento auxiliar de otra potencia. No creo que esta combinaci6n sea factible actualmente, sobre todo en vista del deseo sincero del gobierno so­viético de buscar soluciones pacificas a los problemas.

Las referencias del gobierno norteamericano al Pacto Kellogg no pueden resultar demasiado convin­centes, ya que todavía no reconoce a la Unión Soviética y por lo tanto no cumplió siquiera con las premisas for­males de una actitud “imparcial” hacia el conflicto.[4]

Sobra decir que, en la eventualidad de que el pue­blo soviético se vea obligado a ir a la guerra, la Oposi­ción participará plenamente en la defensa de la Revolu­ción de Octubre.



[1] El conflicto sino – soviético: declaración a la prensa. Con autorización de la Biblioteca de la Universidad de Harvard. Traducido [al inglés] para este volumen [de la edición norteamericana] por Marilyn Vogt. Esta declaración es una respuesta a las preguntas de un corresponsal de la prensa norteamerica­na. En 1929 Chiang Kai-shek trató de anular los tratados firmados en 1924 con la Unión Soviética respecto al Ferrocarril Oriental Chino de Manchuria. El Ferrocarril Oriental Chino era una parte del recorrido original del Ferrocarril Transiberiano, que atravesaba Manchuria hasta Vladivostok. Cuando pasó a ser propiedad del gobierno soviético, éste decidió no devolverlo a los señores de la tierra que controlaban Manchuria en ese momento, sino retenerlo hasta poder entregarlo a un gobierno chino independiente, verdaderamente repre­sentativo de su pueblo. En julio de 1929 las fuerzas de Chiang arrestaron a ciento setenta y cuatro funcionarios y empleados soviéticos del ferrocarril, lo que produjo la ruptura de las relaciones diplomáticas y trajo como consecuencia que tanto los chinos como los soviéticos mandaran tropas a las fron­teras de Manchuria. Hubo signos combates antes de que Chiang cediera.

[2] Ver las referencias de Trotsky a esta comisión de 1926 en este volumen, en El conflicto sino - soviético y las tareas de la Oposición.

[3] Chiang Kai-shek (1887-1975): dirigente militar del ala derecha del Kuo­mintang durante la revolución de 1925 - 1927. Gobernó China hasta que fue derrocado por el PC de ese país en 1949.

[4] El gobierno de Estados Unidos intervino en el conflicto con una nota del secretario de estado Stimson a la URSS y a China, del 19 de julio de 1929, in­vocando el Pacto Kellogg y llamando a que se sometiera la cuestión a ar­bitraje.



Libro 1