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Clásicos de León Trotsky online

La quinta rueda

La quinta rueda

Febrero de 1938

 

Publicado en Socialist Appeal el 12 de febrero de 1938 y en IVª Internacional, de México, nº 19, agosto de 1938. T. 4274. 

 

La denominada Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.), representante de las agrupaciones anarcosindicalistas de los diferentes países, se ha reunido en París del 8 al 17 de diciembre. Es sabido que la única sección importante de esta internacional es la C.N.T. española. Todas las organizaciones restantes (sueca, portuguesa, francesa, latinoamericanas ... tienen dimensiones insignificantes.[1]

Evidentemente, incluso una organización pequeña, puede tener un gran significado si tiene una posición revolucionaria independiente, que se anticipe al desarrollo de la lucha de clases. Pero como se puede apreciar a través del breve informe publicado en el Boletín de información de la A.I.T., el congreso extraordinario de París ha terminado con la completa victoria de la política de García Oliver es decir, de la política de capitulación ante la burguesía.

Durante el año pasado, algunas publicaciones anarquistas, sobre todo las francesas, han criticado moderadamente los métodos de acción de la C.N.T. española.[2] Las bases de esta crítica -son suficientes: en lugar de construir el socialismo sin estado, los dirigentes de la C.N.T. se han convertido en ¡ministros del estado burgués! Sin embargo, esta circunstancia no ha impedido al congreso de París de la A.I.T. «aprobar la linea de la C.N.T.». Por su parte, los lideres del anarcosindicalismo español, han explicado al congreso que si ellos han traicionado a la revolución, esto se debía a la «insuficiente solidaridad del proletariado internacional».

El congreso no ha inventado nada nuevo. Todos los traidores reformistas siempre han hecho caer la responsabilidad de su propia traición sobre el proletariado. Cuando los social-patriotas apoyan a su militarismo «nacional», evidentemente, esto no se debe a que son los lacayos del capitalismo, sino a que las « masas aún no están maduras para un verdadero internacionalismo». Si los dirigentes sindicalistas se comportan como esquiroles, es porque las «masas aún no están lo suficientemente maduras para luchar».

El informe no dice ni una sola palabra de crítica revolucionaria a este congreso de París. En esto, al igual que en muchas otras cosas, los anarquistas imitan totalmente a los liberales burgueses. ¿Para qué quiere estar al corriente la chusma de las divergencias que existen en la cumbre? Esto no podría más que dañar la autoridad de los ministros anarco-burgueses.. Es verosímil que, en réplica a la critica de «izquierda» de los anarquistas franceses, estos últimos se. habrían visto obligados a recordarles su propia conducta durante la última guerra imperialista.

Hemos oído decir a ciertos teóricos anarquistas que, durante circunstancias «excepcionales», como la guerra y la revolución, es necesario renunciar al propio programa. Estos revolucionarios se parecen a los impermeables que no chupan agua más que cuando llueve, es decir, en circunstancias excepcionales, pero permanecen absolutamente impermeables en tiempo seco, dando entonces plena satisfacción.

Las decisiones del Congreso de París se sitúan exactamente al mismo nivel que la política de García Oliver y de los tipos de su calaña. Los líderes de la A.I.T. han decidido llamar a la IIª, IIIª y a la Internacional de Amsterdam y proponerles la constitución de un «frente internacional antifascista».[3] Ni una sola palabra de la lucha contra el capitalismo. Ya se anuncian los métodos de esta batalla: «Boicot a los productos fascistas» y... «presión sobre los gobiernos democráticos».[4]¡Los métodos más seguros para liberar al proletariado! [5]

Es evidente que con el objetivo de ejercer presión, el dirigente de la IIª Internacional León Blum, se ha convertido en el presidente del Consejo de la Francia «democrática» y ha hecho todo lo posible para aplastar el movimiento revolucionario del proletariado francés. Con Stalin, y ayudado por García Oliver, Blum ha ayudado a Negrin-Prieto a estrangular la revolución socialista del proletariado español. Jouhaux ha tomado parte importante en estas actividades.

El frente Único de las tres internacionales para luchar contra el proletariado revolucionario, a base de acciones de este tipo, ha sido realizado ya hace mucho tiempo. En este frente, los lideres de la C.N.T., no han ocupado un lugar especialmente destacado, ¡aunque si lo suficientemente vergonzoso!

El Congreso de París significa que la traición de los anarquistas españoles ha sido impuesta a los anarquistas del mundo entero. Esto encuentra su expresión particular en que, a partir de ahora, el secretario general de la A.I.T., será designado por la C.N.T. española. En otras palabras, a partir de ahora, el secretario general será un funcionario del gobierno burgués español.

¿Qué podéis replicar? Señores teóricos y semiteóricos anarquistas y semianarquistas. ¿Estáis dispuestos a jugar el papel de quinta rueda del carro de la democracia burguesa, al igual que los anarcosindicalistas españoles?

Evidentemente muchos anarquistas no se encuentran a gusto. Pero para salir de esta situación incómoda, cambian de conversación. Realmente, ¿para qué ocuparse de España y del Congreso de Paris de la A.I.T., cuando se puede hablar de Kronstadt[6] y de Makhno? Son temas más actuales...

En medio de su descomposición y su decadencia, la Internacional anarquista no desea, evidentemente, marchar a remolque de la IIª y la IIIª Internacional. Los obreros anarquistas honestos encontrarán tanto más rápido la IVª.

León Trotsky



[1] Las organizaciones representadas eran, aparte de la C.N.T. española, la S.A.C. de Suecia, la C.G.T. portuguesa, la C.G.T.S.R. francesa, la N.S.V. holandesa, la U.S.I. italiana, la C.G.T. chilena, la F.A.A.U.D. alemana, los grupos anarcosindicalistas de Bélgica, la federación anarquista y los grupos anarcosindicalistas de Polonia, y la F.O.R.A. argentina. La C.N.T. era, efectivamente la única de estas organizaciones que tenía una audiencia real entre las masas. La A.I.T. había sido fundada en 1922 en Berlín, después de la ruptura de la mayoría de los anarcosindicalistas con la Internacional Sindical Roja.
[2] Los «puristas» eran particularmente activos en el seno de la C.G.T.S.R. y por la federación anarquista en Francia: condenaban la colaboración y el oportunismo de sus camaradas españoles. Respecto a esto ver L’Espagne nouvelle que editaba André Proudhommeaux. La Unión Anarquista había celebrado su congreso algunas semanas antes: el informe publicado en Le Libertaire del 11 de noviembre de 1937 muestra que los responsables son, en su mayoría, solidarios con los dirigentes de la C.N.T., aunque una fuerte corriente crítica se desarrolla en las filas de las juventudes anarco-comunistas, uno de cuyos animadores escribirá en Révision, nº 1: «El anarquismo, o mejor dicho, los que han actuado en su nombre, en lugar de intentar aplastar lo que generalmente se llama las fuerzas autoritarias, ha intentado, desde el 20 de julio, hacerse admitir en la gran familia liberal, republicana y federalista, renegando de sus consignas de ayer, enriqueciéndose de espíritu «realista» sobre el antiguo personal aturdido al ver esta explosión de fuerzas nuevas endosarse con satisfacción el traje completo de ministro o consejo.

[3] Ésta es la fórmula exacta del Boletin citado por Trotsky. Las resoluciones y las actas de este congreso, citadas por José Pei-rats en La C.N.T. en la revolución española, t. III, pp. 80-81, hablan de la «alianza obrera antifascista» y de la proposición en este sentido de la Federación sindical internacional.

[4] La resolución de este congreso habla del «boicot mundial de los barcos, mercancías y productos», por una parte, y de «actuar vigorosamente para obtener el fin de la no-intervención movilizar a las masas obreras para conseguir que los llamados gobiernos democráticos pongan fin a la no-intervención» (íbidem).

[5] José Peirats (op cit., p. 81) precisa que el 1º de abril tuvo lugar una entrevista entre las delegaciones de la A.I.T. y de la F.S.I., y que la primera sometía a sus interlocutores a un «plan técnico de boicot y de embargo». Peirats precisa que estos «excelentes» proyectos no se realizaron jamás.

[6] Trotsky había acabado el 15 de enero un artículo titulado: «Mucho ruido con Kronstadt» en respuesta a una campaña en la que los anarquistas jugaban el papel fundamental.



Escritos sobre España - Tomo I y II