Luego de ser enviado a estudiar a Odessa, fue a Nikolaiev a terminar sus estudios. "Los problemas de la moral individual, tan íntmamente unidos a la ideología pasiva de los años ’80, fluyeron sobre mí en un período en que "el perfeccionamiento de uno mismo" me parecía una necesidad orgánica... Pero de esta idea de perfeccionamiento espontáneo caí rápidamente en la cuestión de una "concepción del mundo" que, en su momento, me condujo a la opción esencial: ¿populismo o marxismo? (...) ... en el año que pasé allí (1896) fue el de una ruptura en mi adolecencia, ya que entonces se me planteó el problema del lugar que iba a tomar en la sociedad humana. (...) A los pocos meses de estar en Nikolaiev, mi conducta cambió radicalmente. Renuncié a jugar al conservador y me lancé hacia la izquierda con un ímpetu que asustó a algunos de mis nuevos amigos". ("Mi primera organización revolucionaria", Mi vida).
Allí escuchará por pimera vez las ideas marxistas en la palabra de Aleksandra Sokolovskaia.