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Escritos Latinoamericanos (compilación, 3ra. edición)

El futuro de América Latina

El futuro de América Latina

Mayo de 1940

Extracto del Manifiesto de la Cuarta Internacional Sobre la Guerra Imperialista y la Revolución Proletaria Mundial. El manifiesto fue adoptado por la Conferencia de Emergencia de la Cuarta Internacional, celebrada del 19 al 26 de mayo de 1940 en Nueva York.

El monstruoso crecimiento del armamentismo en Estados Unidos prepara una solución violenta a las contradicciones complejas del hemisferio occidental. Pronto se planteará como problema inmediato el destino de los países latinoamericanos. El interludio de la política “del buen vecino” está llegando a su fin. Roosevelt -o quien lo suceda- se quitará pronto su guante de terciopelo de su puño de hierro. Las tesis de la Cuarta Internacional declaran:

“Sud y Centro América sólo podrán romper con el atraso y la esclavitud uniendo a todos sus estados en una poderosa federación. Pero no será la retrasada burguesía sudamericana, esa sucursal del imperialismo extranjero, la llamada a resolver esta tarea, sino el joven proletariado sudamericano, quien dirigirá a las masas oprimidas. La consigna que presidirá la lucha contra la violencia y las intrigas del imperialismo mundial y contra la sangrienta explotación de las camarillas compradoras nativas será, por lo tanto: Por los Estados Unidos Soviéticos de Sud y Centro América”.

Escritas hace seis años, estas líneas adquieren ahora una candente actualidad.

Tan sólo bajo una dirección revolucionaria podrá el proletariado de las colonias y semicolonias entrar en invencible colaboración con el proletariado de las metrópolis y de la clase obrera mundial. Sólo esta colaboración podrá llevar a los pueblos oprimidos a su emancipación final y completa con el derrocamiento del imperialismo en todo el mundo. Un triunfo del proletariado internacional libraría a los países coloniales de un largo y trabajoso período de desarrollo capitalista, abriéndoles la posibilidad de llegar al socialismo junto con el proletariado de los países avanzados.

La perspectiva de la revolución permanente no significa de ninguna manera que los países atrasados tengan que esperar de los adelantados la señal de partida, ni que los pueblos coloniales tengan que aguardar pacientemente que el proletariado de los centros metropolitanos los libere. El que se ayuda consigue ayuda. Los obreros deben desarrollar la lucha revolucionaria en todos los países, coloniales o imperialistas, donde haya condiciones favorables, y así dar el ejemplo a los trabajadores de los demás países. Sólo la iniciativa y la actividad, la resolución y la audacia podrán convertir en realidad la consigna “¡Proletarios del mundo entero, uníos!”.