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CAPITULO XI

CAPITULO XI

Mientras se desarrolla el conflicto político, en segundo plano prosigue la lenta transformación del partido. El censo de enero de 1927 arroja una proporción de un 30 por 100 de obreros, 10 por 100 de campesinos, 8 por 100 de militares y un 38’5 por 100 de funcionarios. Un informe del mes de enero de 1928, dirigido al comité central, revela que, sobre 638.000 miembros del partido que en 1927 hablan sido clasificados como "obreros", 184.000 en realidad son funcionarios: así prosigue el proceso que en el informe se denomina "el éxodo de la clase obrera hacia el aparato estatal". El aparato, en el sentido estricto de la palabra, se ha duplicado desde 1924 y se pueden evaluar en unos 30.000 los apparatchiki funcionarios permanentes del partido, cuyo auge se debe en mayor medida al reflujo de las masas que a la iniciativa de Stalin, como se ha solido comentar en numerosas ocasiones, pero que, por sus métodos y su estado de ánimo se limitan a crear una serie de cuadros a imagen y semejanza suya, completamente diferentes de los bolcheviques de los tiempos heroicos.

En este sentido la derrota de la oposición de izquierda se convierte de hecho en la del espíritu bolchevique, encarnado en la persona de los últimos mantenedores del entusiasmo revolucionario. No obstante, la urgencia con que se ha tratado de eliminarla indica la complejidad de las nuevas relaciones sociales y políticas. El aparato extrae su omnipotencia del papel de árbitro al que parece abocarle el conflicto que se agudiza progresivamente en el seno del partido entre una serie de fuerzas sociales antagónicas. No obstante, la coalición en que se ha apoyado la lucha contra el ala prole­taria revolucionaria dista mucho de ser homogénea,. En realidad reúne a unos elementos con diferentes objetivos que se han aliado provisionalmente para hacer frente a un peligro común, pero cuya decisión de saldar cuentas después de la victoria parece evidente. A partir de 1926, Trotsky distinguía tres grupos en el interior de la dirección: el de los burócratas sindicales, representado por Tomsky, el de la derecha pura que refleja a la presión de la masa campesina y cuya encarnación eran Bujarin y Rikov, y por último el que represen­taba al aparato, el «centro», encabezado por Stalin y Kirov [1]. La derrota de la oposición conjunta acelera el estallido del conflicto latente pues el centro no puede tolerar una situación que le convierte en rehén de la derecha. La presión de los acontecimientos y en particular la de las decisiones económicas obliga al aparato a iniciar, desde el día siguiente al XV Congreso, una batalla contra la derecha. Respecto a esta última hay que admitir que, entre la presión del campesinado y el temor a las aventuras consustancial a cualquier facción burócrata, también expresa aunque de manera un tanto deformada y más vaga que la oposición conjunta, los ecos del tiempo en que el partido bolchevique extraía su fuerza de las discusiones y de su voluntaria disciplina.

La crisis de los alimentos y el viraje a la izquierda

Contra la oposición que auguraba las peores catástrofes y evocaba e peligro de restauración capitalista originado por el progreso el campesino rico y por la lentitud del desarrollo industrial, la dirección había mantenido en el XV Congreso la línea preconizada por Bujarin desde 1924. En esta ocasión, Stalin se había burlado insistentemente de los «miedosos» que, a pesar de saber que la NEP Implica el fortalecimiento de los kulaks. «palidecen de miedo y piden socorro gritando: ¡Al asesino! ¡Policía!» en cuanto «los kulaks asoman la nariz por un rincón»... La situación no obstante, distaba mucho de ser satisfactoria puesto que, hacia finales del año, las informaciones oficiales admitían la existencia de 1.700.000 parados, cuando cerca de medio millón de personas trabajaban exclusivamente en la contabilidad de la industria estatal. El hambre vuelve a hacer aparición en las ciudades. Cuando la superficie sembrada alcanza el máximo desde el final de la guerra, cuando las cosechas de 1925, 1926 y 1927 se cuentan entre las mejores que ha conocido el país, las entregas de granos de 1927 son menos de la mitad de las de 1926.

Pravda, anuncia en su título a la vez la crisis y el viraje: "El kulak levanta la cabeza". Se adoptan entonces una serie de medidas de Urgencia, esta vez de forma pública y oficial: incautación de los stock, en aplicación del artículo 107, préstamos forzosos a los que se bautiza como "leyes de autoimposición". refuerzo del congelamiento de precios, vi­gilancia del precio del pan y prohibición de la compra y venta directas en los pueblos. El articulo denuncia la aparición en el partido y en el aparato del Estado "de ciertos elementos extraños al partido que no distinguen las clases en el ámbito rural, no comprenden el fundamento de nuestra política de clases, intentan llevar a cabo su trabajo sin ofender a nadie en las aldeas, viviendo en paz con el kulak y, en, general, preservando su popularidad entre todos los sectores del pueblo". Se trata de un verdadero llamamiento a la lucha emitido desde el propio partido contra esa misma "ideología kulak" que la oposición conjunta habla denunciado hacia años, pero cuya existencia real habla sido negada una y otra vez. Se inicia la batalla del trigo y, en esta ocasión, se lleva a cabo sin miramientos; más de diez mil militantes de las ciudades son movilizados y enviados al campo para poner fin a la "campaña de acaparamiento". Por añadidura, en las regiones donde se produce la retención de grano, el aparato del partido y de las cooperativas sufre una honda depuración.

Pravda emite un llamamiento para que no se abandone la "presión de clase" ejercida sobre los kulaks; asimismo se restauran las medidas de urgencia. Poco tiempo después la prensa orquesta el descubrimiento de un supuesto "sabotaje" en las minas del Donetz para seguir manteniendo la alarma y poner en guardia a los trabajadores contra "las nuevas formas y métodos que adopta la lucha de la burguesía contra el Estado proletario y la industrialización socialista".

De hecho, el viraje a la izquierda que se ha producido durante la crisis del trigo constituye el ensayo general de un viraje político de gran alcance. A finales de mayo, durante un discurso público, Stalin bosqueja los grandes rasgos de una política que ha dejado de ser la aprobada en el XV Congreso, sobre todo en lo referente a la afirmación de que, en el plano agrícola, «la solución estriba en la transición de las granjas campesinas individuales a las granjas colectivas» y que, en ninguna circunstancia se puede «retrasar el desarrollo de la industria pesada, convirtiendo a la industria ligera, cuya salida fundamental es el mercado campesino, en la base de la industria en conjunto»[2]. La sesión del comité central de julio de 1928 presenciará el primer choque, fuera del Politburó, entre Stalin y sus adversarios de la derecha, Bujarin, Ríkov y Tomsky, es decir, el prólogo del último gran conflicto semipúblico que surge en el seno del partido.

Las posiciones de la derecha tienen en Bujarin un portavoz elocuente. La experiencia de los años transcurridos desde su primera gran polémica con Preobrazhensky no le ha dejado indiferente y, en esta ocasión, defiende una política derechista, convenientemente corregida, desde los organismos dirigentes y en algunos artículos, sobre todo en el llamado «Notas de un economista», aparecido el 10 de septiembre de 1928 en la Pravda. Como polemista incorregible, empieza por subrayar el creciente contraste entre la necesidad que experimentan las masas de "llegar hasta el fondo de los asuntos" y "el alimento espiritual que se las ofrece, completamente crudo o bien insípido y sin calentar" [3]. El partido, en pleno empirismo, siempre camina con retraso respecto a los acontecimientos, a la manera de uno de esos mujiks que sólo se santigua cuando truena. El objetivo que se propone Bujarin es la investigación que permita actuar sobre las leyes generales de desarrollo de la sociedad de transición "en los países de población pequeño-burguesa, retrógrada con una periferia hostil" [4]. Apunta los progresos experimentados por la producción, así como la periódica reproducción de unas "crisis" de tipo especial que sólo aparentemente pueden semejarse a las experimentadas por el capitalismo, ya que presentan unas características inversas entre las cuales destaca la "carestía de mercancías" por oposición a su superproducción. De ello concluye que es posible "determinar para una sociedad que se encuentre en el período de transición los esquemas de la reproducción, es decir, las condiciones en que se opera una exacta coordinación de las diferentes esferas de la producción entre sí o, en otros términos, establecer las condiciones de un equilibrio económico dinámico. En esto consiste esencialmente la empresa de elaborar un plan para la economía nacional que se asemeje cada vez más a un balance de toda la economía, de un plan diseñado conscientemente que constituya al mismo tiempo un pronóstico y una directiva" [5].

Este análisis lleva a Bujarin pensar que las crisis no son en modo alguno inevitables la sociedad de transición. Efectivamente, por una parte reflejan tendencia socialista nueva economía cuyo impulso viene dado el aumento necesidades, revelando tanto ningún tipo antagonismo fundamental. otra agudas un simple resultado relativa anarquía, es decir, falta plan conjunto, inevitable medida política NEP se basa existencia "pequeñas economías" y producción individual trigo constituye "factor anárquico todo esto deduce: "Para obtener mejor reproducción social sistemático crecimiento del socialismo, lo supone relación fuerzas clase más ventajosa proletariado, preciso esforzarse encontrar combinación justa los elementos base nacional, equilibrarlos, disponer ellos forma juiciosa posible, influir activamente proceso económico lucha clases">[6].

Con esta perspectiva el problema planteado a la sazón por las relaciones entre ciudad y campo podría ser estudiado luz de sus en ámbito capitalista. historia demuestra que fuerza amplitud del desarrollo industrial han alcanzado su máximo los Estados Unidos donde no existían antes ni feudales renta tierra, constituyendo además granjeros acomodados un buen mercado para industria. También afirma, como refutación tesis trotskistas -que según él supondrían inclusión agricultura dentro categoría pertenecía Rusia prerrevolucionaria-, aquella debe enfocada perteneciente "americana ritmo se conseguirá arrancando todos años mayor cantidad posible recursos al campesinado invertirlos >permanente óptimo se obtendrá a partir de una combinación en la que la industria crezca apoyándose en una economía en rápido crecimiento" [7].

En otras palabras, sigue opinando que "el desarrollo de la industria depende del capitalista", haciendo hincapié al mismo tiempo en agricultura industria, es decir, sin tractores, abonos químicos y electrificación está abocada estancamiento palanca principal transformación radical"[8]. Este es el ángulo desde el que enfoca la crisis del trigo, preparada por la estabilidad de la economía de los cereales, y cuyas principales manifestaciones han sido la creciente desproporción entre los precios del trigo y los de los otros cultivos técnicos, el aumento de los ingresos campesinos de origen no agrícola, los insuficientes suministros de productos industriales para el campo y la creciente influencia económica del kulak. El mantenimiento obligatorio de precios bajos para el trigo suscita forzosamente el estancamiento y, más adelante, la regresión de la economía del trigo. La política de "presión" es la responsable directa de la crisis del trigo y, por ende, de las consecuencias de la industrialización. Al desarrollo de la agricultura o del cultivo de trigo no cabe en­frentar el de la industria: "En este caso la verdad se encuentra en el justo medio" [9].

En su respuesta al esbozo elaborado por Stalin, Bujarin subraya que el punto de vista exige aumento la producción coincide forma efectiva con aquel pre­coniza "sustitución clase", es decir progresiva los elementos capitalistas agricultura colectivización las explotaciones individuales campesinos pobres y medios transición a gran empresa. No obstante, subraya: "Se trata un problema formidable preciso resolver en función del auge lo grandes inversiones una nueva tecnología, pero también nuevos cuadros"[10]. Al rechazar las perspectivas de aceleración del ritmo de la in­dustrialización, propone simplemente estabilizarle en el presente período de restauración.

En una crítica feroz de los métodos empleados -"no se puede construir fábrica hoy con ladrillos del mañana"-, hace igualmente hincapié en la enorme magnitud cobrada por gastos improductivos duración ciclos producción, doce veces superior a industria americana, y el despilfarro materias primas que oscila entre vez media dos cantidad empleada aquella para misma producción. Estos son factores sobre hay actuar ahorrar recursos, manteniendo ello ritmo industrialización sin empeorar forma grave condición trabajadores. ello, resulta imprescindible aprender, elevar nivel cultural, formar ingenieros estadísticos. Su conclusión adquiere eco profecía: poros nuestro gigantesco aparato han alojado elementos degeneración burocrática absolutamente indiferentes las necesidades masa, vida sus inte­reses tanto materiales como culturales (...). funcionarios están dispuestos elaborar cualquier tipo plan"[11].

De esta forma, en una de sus últimas manifestaciones públicas, Bujarin, invocando la ciencia económica acuñada por Marx, condena todas las concepciones autoritarias de la planificación. Cualquier tipo de intento para crear nuevos recursos económicos, ya sea voluntariamente o por militarización, en su opinión no puede abocar más que a una edificación estatal extraña al espíritu del socialismo, viendo en ella el principal factor de la degeneración que habla presentido desde 1918. En 1928, recuerda lo que habla declarado en 1922 al rebatir la idea de una economía cuya dirección se encontrase por entero en manos del proletariado: "Si se encarga de esta tarea, se ve obligado a poner en funcionamiento un aparato administrativo colosal. Para cumplir las funciones económicas asignadas a los pequeños productores, campesinos pobres, etc.... necesita demasiados empleados y administradores. El intento de sustituir a todas estas gentes sencillas por burócratas (chinovniki), origina un aparato tan colosal que los gastos necesarios para mantenerle son infinitamente más importantes que los gastos improductivos que se deducen de las condiciones anárquicas en que se lleva a cabo la producción en pequeña escala; esta forma de administración global, el aparato del Estado proletario en su totalidad, en definitiva, no solamente no ofrece ningún tipo de facilidades sino que, por añadidura, sólo sirve para obstaculizar el desarrollo de las fuerzas productivas. Conduce directa­mente al objetivo opuesto del que se planteaba y esta es la razón de que el proletariado experimente una imperiosa necesidad de destruirlo. (...) Si el proletariado no lo hace, otras fuerzas serán las encargadas de poner punto final a su dominio " [12].

La crítica de Bujarin, que hecho se opone por completo a la elaborada oposición conjunta tanto en sus premisas como su análisis inmediato, le conduce un estudio del Estado y papel democracia obrera. "Notas Economista" concluían ya con una confesión era también llamamiento: "Estamos excesivamente supercentralizados. ¿No podríamos dar algunos pasos dirección al Estado-comuna Lenin? ocasión quinto aniversario muerte Lenin, analiza últimos artícu­los trabajo lleva título "El testamento político Lenin él afirma obrero "constituye etapa perfectamente definida transición hacia Estado-comuna, desgraciadamente aún nos encontramos muy, muy lejos". Ante este problema intenta encontrar posibles catalizadores afirma: "Debernos volvernos remota fuente histórica dictadura; sin duda más es constituida los obreros avanzados"[13]. Algunos días más tarde, Bujarin ha de escribir que la "participación de las masas debe ser la garantía fundamental contra una posible burocratización del grupo de cuadros" [14].

Las oposiciones en la encrucijada

Por todo lo anterior no puede sorprendernos que, desde diferentes bandos y, sobre el ocupado por los propios protagonistas, se haya considerado la viabilidad de un acercamiento entre derecha y izquierda, que hubiera sido facilitado las amistosas relaciones personales mantenidas, incluso cuando lucha facciones alcanzó su mayor virulencia, Trotsky Bujarin.

No obstante, la primera reacción de oposición izquierda ante el "viraje" está impregnada ironía; Trotsky afirma: "Nos enteramos lo que sabíamos desde hace tiempo, es decir existencia dentro del partido (...) una fuerte ala derecha presiona en favor neoNEP, o mismo, tiende hacia restauración capita­lismo por etapas"[15]. Preobrazhensky subraya que el viraje confirma el análisis llevado a cabo por la oposición y viene a determinar inequívocamente la bancarrota de la dirección; a pesar de ello, las necesarias medidas de urgencia resultan insuficientes, haciéndose notar la necesidad de una serie de intervenciones estatales que tienden a la reducción del con­sumo inmediato y a la satisfacción de la demanda campesina de productos industriales. Stalin, no obstante, parece deci­dido a aplicar de inmediato también este capítulo del programa de la oposición.

Desvanecida la primera impresión de satisfacción su amor propio, los oposicionistas pasan a plantearse una serie preguntas: Si el "viraje izquierda" es definitivo ¿no se ha llegado demasiado lejos al denunciar Stalin como "protector del kulak"? Trotsky opina que necesario prestar nueva política un "apoyo crítico llamado obreros, lucha clases, facilita campaña en favor democracia interna mientras debilitamiento libera las fuerzas proletarias. Sin embargo, nuevas perspectivas empiezan desde entonces dividir oposición: Piatakov capitula y imitado enseguida por zinovievista Safárov les dice todos permanecen irreductibles: "¡Ahora todo va hacer nosotros!"[16]. El bando de los absolutamente irreconciliables, integrado por los decemistas que consideran que el Estado está en manos de los nepistas y de los kulaks, se niega a aceptar que la nueva línea de izquierda vaya a perdurar: su influencia se hace sentir entre los jóvenes trostkistas que demuestran menos sensibilidad a los problemas de política económica que a la elimi­nación de todo tipo de libertad de expresión. Por otra parte los más veteranos vacilan. Preobrazhensky considera que Stalin emprende una nueva política presionado por el ineluctable principio de necesidad que rige las "leyes objetivas". Todas sus hipótesis parecen haberse confirmado. Un nuevo viraje a la derecha parece imposible pues provocarla tal ex­plosión de elementos pro-capitalistas que Stalin e incluso el propio Bujarin se verían obligados a volver a la política apro­bada en enero para afrontarlo. Por ello, Preobrazhensky propone a la oposición que ésta solicite una autorización para celebrar una asamblea legal donde discutir la situación y fijar una nueva línea. En cuanto a él, se inclina por una alianza con el centro que, en su opinión, "refleja la política proletaria correcta como podría hacerlo un espejo deformador" [17]. Su propuesta es rechazada. No obstante, sus ideas se propagan y reciben el refuerzo de Rádek. Este último, abrumado por la derrota y la deportación, primero se mostró desolado: "No puedo creer -le escribió a Sosnovsky- que toda la obra de Lenin y toda la obra de la revolución sólo hayan dejado tras de sí a 5.000 comunistas en toda Rusia" [18]. El viraje a la izquierda levanta su moral: los estalinistas, en el fondo, vienen a ser la retaguardia del proletariado cuya vanguardia es la oposición. En consecuencia, él también se inclina por un acercamiento. A duras penas consigue Trotsky preservar la unidad de la oposición, y ello sólo porque la sesión del comité central celebrada en julio parece imprimir un nuevo cambio de rumbo hacia la derecha, poniendo fin al "viraje hacia la izquierda". Este es el momento que apro­vecha Bujarin para, valiéndose de Sokólnikov como mediador, ponerse en contacto con Kámenev y, gracias a él, con los oposicionistas de Leningrado. En su opinión la política de Stalin lleva al país a la guerra civil: "Es un intrigante sin principios que todo lo supedita a sus ansias de poder. (...) Ha hecho un cierto número de concesiones para poder degollarnos mejor (...) Sólo conoce la venganza y la puñalada por la espalda". Pálido y tembloroso, aterrado por la GPU, repite una y otra vez: "¡El nos asesinará! Es un nuevo Gengis Khan, nos estrangulará". Su intención al ir a ver a Kámenev es evitar lo que, según él, seria un error fatal: los partidarios de Zinóviev y los de Trotsky no deben en modo alguno aliarse con Stalin. "Nuestras discrepancias con Stalin son muchísimo más graves que las antiguas diferencias que hemos tenido con ustedes". En todo caso no se trata de ideas, pues, según Bujarin, Stalin parece no tenerlas. "Altera sus teorías según la necesidad que experimente en determinado momento de eliminar a uno u otro". De lo que se trata es de salvar el partido, el socialismo y la vida de todos sus adversarios pues, a su manera, Stalin había adoptado las tesis de Preobrazhensky acerca de la acumulación socialista originaria. De ellas parece haber deducido que, cuanto mayor sea el progreso del socialismo tanto más fuerte se hará la resistencia popular. Bujarin afirma: "Esto significa un Estado policíaco, mas nada podrá detener a Stalin (...); ahogará las rebeliones en sangre y nos denunciará como defensores del kulak" y añade: "La raíz del mal se halla en la completa fusión de partido y Estado" [19]. Para convencer a Kámenev, lleva a cabo una completa descripción de las fuerzas en presencia. Stalin "tiene" a Voroshilov y a Kalinin; Ordzhonikidze le detesta y no se moverá, Tomsky, durante una borrachera, le ha dicho que los obreros terminarían por matarle; Andréiev, los dirigentes de Leningrado y Yágoda, el jefe supremo de la GPU, están dispuestos a luchar contra él.

Kámenev le escucha y escribe a Zinóviev aconsejándole que no responda con demasiada avidez a las propuestas que Stalin va a hacerle sin duda de un momento a otro. Simultáneamente le suplica a Trotsky que dé algún paso en el sentido de la reconciliación con Stalin. Trotsky se niega. A la hora de enjuiciar la política de Stalin es preciso considerar no sólo lo que hace sino también cómo lo hace. Por tanto, él no propiciará ningún tipo de componenda burocrática ni aceptará la reintegración en el partido si no se restablece por completo la democracia interna y con la condición de que la dirección del partido sea elegida por escrutinio secreto. Su respuesta, dirigida a Bujarin, se encuentra en una carta-circular fechada el día 12 de septiembre: las divergencias siguen siendo igualmente importantes, pero puede considerarse la posibilidad de colaborar en lo referente a un punto especifico, a saber la restauración de la democracia interna, declarándose dispuestos, si Bujarin y Ríkov lo aceptan, a luchar junto con ellos por un Congreso preparado y elegido democráticamente. La mayoría de los oposicionistas protestan ante esta actitud, negándose a admitir la posibilidad de una alianza con la derecha contra el centro precisamente en el momento en que éste parece orientarse hacia la izquierda. ¿No seria esto la repetición de lo ocurrido precisamente durante Thermidor? Como, por su parte, los aliados de Bujarin no iniciarán siquiera los prolegómenos de una posible lucha en común, apelando a una opinión pública del partido como hicieron Zinóviev, Kámenev y Trotsky en 1926, Stalin podrá manejar a su antojo la hostilidad mutua de ambas oposiciones para golpear alternativamente a una y otra. La oposición de izquierda entra en crisis. Los "conciliadores" Preobrazhensky y Rádek son imitados enseguida por Smilgá, Serebriakov e Iván Smirnov: todos ellos suplican a Trotsky que abandone las actitudes grandilocuentes y rompa su altivo aislamiento. No obstante, Trotsky se niega, convencido de que el tiempo trabaja en favor suyo -tras un año de represión han sido deportados 8.000 oposicionistas, es decir el doble de los miembros con que contaba la oposición conjunta hacia finales de 1927-, en su actitud es apoyado por Rakovsky, Sosnovsky y los elementos más jóvenes de la oposición: uno tras otro, los conciliadores hacen causa común y le abandonan. La correspondencia mantenida entre los exiliados permite seguir de cerca el proceso de desintegración acelerada que experimenta por entonces lo que constituyó el núcleo de la oposición. En 1928, tras la capitulación de Safárov, Sosnovsky le escribe a Ilya Vardin, que ha seguido los pasos del primero: "Le he rogado a Vaganian que le cuente un detalle ritual de los funerales judíos. Cuando se va a sacar el cadáver de la sinagoga para ser llevado al cementerio, un acólito se inclina sobre el difunto, le llama por su nombre y le dice: "Entérate bien de que estás muerto. He aquí una excelente tradición" [20] Algunos meses más tarde, en una carta que será interceptada por la GPU y que posteriormente será publicada por Yaroslavsky, Solnzev escribe: "Reina el pánico y la confusión, se buscan soluciones individuales". Acusa a Preobrazhensky, Rádek y Smilgá de haber cometido una "traición inaudita" y deja traslucir que "I.N. (Smirnov) emprende el camino de la liquidación" [21]. Trotsky, que contempla los acontecimientos con mayor perspectiva, vuelve la página a finales de julio de 1929 al escribir: "La capitulación de Rádek, Preobrazhensky y Smilgá constituye en cierto modo un hecho político relevante. Demuestra hasta qué punto se ha desgastado la gran generación heroica de revolucionarios a la que correspondió pasar por la guerra y por la revolución de Octubre. Tres viejos revolucionarios pertenecientes a la elite se tachan así, por su propia voluntad, del mundo de los vivos" [22].

La batalla preliminar

La ofensiva contra la derecha se inicia en el mes de junio seno del partido: oposición alimenta una agitación obrera provocada por insuficiencia alimentos, sus miembros multiplican campo merced a los vínculos personales que siguen teniendo obreros con aldeanos. dos fábricas Moscú protestan las medidas excepción. Uglanov, secretario partido Moscú, critica públicamente nueva línea. Leningrado, Kirov enfrenta situación al confrontarse comité Slepkov, discípulo Bujarin. Frumkin, Comisario Pueblo para Finanzas, protesta métodos coactivos empleados requisa cereales y recomienda un esfuerzo financiero máximo ayude campesinos pobres ingresan granjas colectivas. Stalin entonces, hace él su chivo expiatorio, acusándole ceder ante presión ejercida kulaks.

El día 4 de junio, el comité central se reúne en Moscú. Kalinin, Mólotov y Mikoyán informan, acentuando la necesidad preservar alianza con campesino medio, admitiendo que las medidas excepción han sido meramente circunstanciales aceptando posibilidad un alza del precio trigo. discusión parece estar manos los derechistas: Stetsky Sokólnikov exigen concesiones para campesinos subida precios; Uglanov describe descontento popular, Rikov protesta contra diferenciación establecida entre "excesos excepción. Éste último acusa a Kaganóvich, acaba anunciar una "lucha cruel kulak, constituirse apóstol violencia por violencia. Stalin política momento como nueva etapa NEP, ofensiva. Al tiempo adversarios presentes colectivización no ser "ni marxistas leninistas sino filósofos ojos puestos pasado", denuncia "desviación kulak grupo pretenden vuelva espaldas NEP. intervención Bujarin es grave prudente. Teme produzca alzamiento unánime campesinado encabezado kulaks; Stalin, subraya precios constituyen uno instrumentos decisivos cuenta gobierno presionar individualmente. ofensiva kulaks debe completada serie fiscal: objetivo esencial provocar medios, pues ello reforzarla postura kulaks. resolución compromiso, tomada unanimidad, resalta urgencia obtenido buen resultado decide derogarlas, prohíbe igualmente registros requisas y, sobre todo, autoriza aumento 20 100 pan. impresión general triunfo derecha: Trotsky refiere entonces "Última fase Thermidor".

El VI Congreso de la Komintern

Indudablemente, tal actitud es fiel reflejo del empirismo de Stalin, de su cortedad de perspectivas en los asuntos interna­cionales y de la improvisación característica de lo que Trotsky llama "zig-zags burocráticos". Sin embargo no debe despre­ciarse otra tendencia latente en esta política, a saber la que consiste en retomar en beneficio propio los puntos principales del programa de la oposición, aunque sólo sea para negar su existencia. A finales del año 1927, tras la insurrección de Cantón, la dirección de la Internacional puede permitirse proclamar abiertamente que ha encauzado al partido chino dentro del camino de la revolución soviética. En este caso el interés político a corto plazo del aparato coincide con sus tendencias básicas. Hasta 1927, a la política derechista de la U.R.S.S. había correspondido la política derechista de alianza sin perspectivas con los partidos socialdemócratas. Cuando se produjo el viraje a la izquierda de los inicios de 1928 la Komintern lo reprodujo al abandonar la táctica de frente único. Temiendo el desarrollo de corrientes oposicionistas en los partidos extranjeros, la dirección del partido comunista ruso se dispone, con un mecanismo que en lo sucesivo será clásico, a utilizar el descontento auténtico que experimentan muchos obreros de vanguardia para enfrentarlo con los dirigentes rebeldes a su autoridad, golpeando a los derechistas con argumentos de izquierda y privando al mismo tiempo a la izquierda del factor emocional que constituye la denun­cia de los compromisos con la "social -democracia traidora".

Cuando se reúne, en febrero 1928, el IX comité ejecutivo de la Komintern, todo él está imbuido las directivas lucha contra oposición, derrotada por doquier aunque a veces margen haya sido mínimo -como Bélgica, donde secretario general Van Overstraeten y mayoría del central habían condenado decisiones adoptadas XV Congreso-, pero existente viva todas secciones.

Bujarin es el encargado de presentar informe principal. Éste se apoya en un análisis las fuerzas mundiales que distingue tres períodos distintos a partir 1917. Al periodo aguda crisis revolucionaria abarca hasta 1923, sigue una segunda etapa caracterizada por la reconstrucción capitalista y relativa estabilización. 1927 inicia tercer período desarrolla nueva edificación socialista viene aparejada intensificación del peligro guerra. Tal "cambio objetivo", según Bujarin, obliga los comunistas describir "brusco viraje" cuyo "eje político actitud respecto partidos socialdemócratas", caracterizado limitación política "frente único elementos base". Visiblemente incómodo su justificación sectario con que, fondo no está acuerdo absoluto, Bujarin esfuerza torpemente atenuar alcance orientar todo esfuerzo Internacional únicamente contra trotskismo, llama "uno más innobles instrumentos empleados social-democracia lucha para arrebatarles influencia sobre amplias masas obreras consecuencia, llega afirmar trata general (...), paso hacia izquierda da dirección derecha muy especialmente admitir provocará, como reacción ofensiva burguesa, radicalización obrera, él convertir trotskismo mismo tiempo afirmando existencia amenaza derecha, lo cual le lleva nuevas acrobacias dialécticas: exacto planteamiento cuestión cual, parte debemos luchar otra peligros derecha. (...) Ello supondría trotskistas representan algún tipo desviación coexistiría cierto número desviaciones (...). casi todos países constituido derechistas"[23].

No obstante, su flexibilidad no es óbice para que le sean dirigidas buen número de críticas: sus conclusiones son consideradas insuficientes, sobre todo por la delegación rusa presenta una larga serie enmiendas. Se reprocha excesiva valoración, las posibilidades desarrollo capitalista, desprecio amenaza derecha y particularmente tendencias conciliadoras respecto a social-democracia izquierda, denunciada Thaelmann como "el más peligroso los enemigos del movimiento obrero"[24]. Este mismo afirma que "las tendencias fascistas y los propios gérmenes del fascismo se encuentran en embrión en la política practicada por los partidos socialdemócratas de casi todos los países". Uno de los delegados italianos, Ercoli (Togliatti), tomará la palabra para censurar tales "generalizaciones excesivas" y acudir en auxilio de Bujarin. "El fascismo, dice, es un movimiento de masas, un movimiento de la pequeña y media burguesía dominado por la alta burguesía y por los partidos defensores de los intereses agrarios. Además, carece de base en una organización tradicional de la clase obrera. Por el contrario, la social-democracia es un movimiento que cuenta con una base obrera y pequeñoburguesa y que extrae su fuerza sobre todo de una organización que las amplias masas proletarias reconocen como la tradicional de su clase" [25]. No obstante, la fórmula de Thaelmann es la que se incluye en la resolución, y Bujarin se limita a subrayar que se trata de tendencias y no de un proceso completo, apuntando que "no sería razonable meter en el mismo saco a la social-democracia y al fascismo" [26].

A finales de abril, la crisis del trigo parece experimentar un nuevo auge. El día 26, Idéntico conflicto permanece latente en cuanto se refiere a los problemas específicos de las diferentes organizaciones. Ercoli replica a las requisitorias ultra-centralistas de Thaelmann, Ulbricht y otros, dirigidas a los "saboteadores" derechistas, con las siguientes palabras: "Como consigna para nuestra actividad de formación de direcciones de partido podríamos adoptar las últimas palabras de Goethe en su lecho de muerte: Mehr Licht [27]. La vanguardia obrera no puede luchar en las tinieblas. El estado mayor de la revolución no puede formarse en una pugna sin principios entre facciones. Hay formas de lucha que suponen la adopción de determinadas medidas de organización que, si se aplican irresponsablemen­te, adquieren un valor independiente de nuestra voluntad, actuando incluso a espaldas de ella y suscitando la desunión e incluso la dispersión de las fuerzas directoras de nuestros partidos" [28]. Bujarin retomará más adelante sus argumentos invocando la autoridad de Lenin. Sin embargo, en el mes de septiembre, cuando el comité central alemán suspende a Thaelmann en sus funciones, por pesar sobre él la acusación de haber ocultado las malversaciones de fondos llevadas a cabo por su amigo Wittorf, secretario de la organización de Hamburgo, manteniéndole en su cargo a pesar del robo cometido, el ejecutivo dirigirá una moción de censura a dicho comité central, consiguiendo la plena rehabilitación de Thaelmann y la expulsión. de todos los dirigentes alemanes que habían considerado su comportamiento como inadmisible.

En tales condiciones, parece imposible que la Internacional pueda emitir la menor crítica en lo referente a la actitud del partido comunista ruso respecto a la oposición. No obstante, los delegados asistentes al VI Congreso -algunos de ellos acuden por primera vez-, conseguirán, al conocer la carta dirigida por Trotsky al ejecutivo, hacerse una idea de su crítica al programa y de sus tesis generales. Al criticar la escolástica concepción que Bujarin ostenta sobre la estabilización, Trotsky afirma: "A partir de 1923 no nos enfrentamos solamente con derrotas del proletariado sino con importantes errores en la política de la Internacional. (...) La causa fundamental del auge del capitalismo durante el período de estabilización en el curso de los cinco últimos años se debe al hecho de que la dirección de la Komintern, en ningún momento estuvo a la altura de los acontecimientos" [29]. A la vez que subraya el carácter empírico de la línea seguida Las cartas de los corresponsales Trotsky citadas por Deutscher dan prueba del éxito que tuvieron las ideas exilado en el Congreso: Ercoli se lamenta servilismo hacen gala la mayoría delegados, Maurice Thorez declara no siente demasiado convencido teoría "socialismo un solo país" [30]. Un delegado de la minoría americana, James P. Cannon, se dispone a fundar la oposición de izquierda en su país [31]. Sea como fuere, los delegados, ya sean de "derecha" o de "izquierda", se sienten en el Congreso tan impotentes ante las tesis oficiales como Bujarin, que pasa a apoyar unas posturas que considera catastróficas pero que acepta y defiende incluso contra sus propias ideas.

La ofensiva contra los enclaves derechistas

En el ínterin se prepara ya la lucha en nivel decisivo: aparato del partido ruso. Slepkov es desplazado por secretariado, su traslado a Siberia le deja Kirov campo libre Leningrado. Moscú, Uglanov intenta utilizar propio sector contra política secretariado. Adoptando misma táctica que Bujarin, consigue comité de Moscú adopte texto una vehemente condena anti-kulak cuya responsabilidad hace recaer entero sobre los trotskistas. día 15 septiembre,> Pravda replica con un llamamiento a la "lucha en dos frentes"; denuncia la existencia en el seno del partido de una "desviación de derecha" oportunista y "conciliadora" en lo referente al ku­lak. La presión ejercida por el aparato central origina una serie de reacciones en los comités de radio de Moscú que se caracterizan fundamentalmente por la acusación que se hace a Riutin, el brazo derecho de Uglanov, de adoptar posturas derechistas. El Secretariado General aprovecha este estado de ánimo para destituir a Riutin de todos sus cargos "por falta grave", sin tener en cuenta a Uglanov y subrayando igualmente "el descontento de los militantes activos" ante la "inconsistencia y las vacilaciones de ciertos miembros del comité de Moscú en su lucha contra la desviación de derecha (...), así como su actitud conciliadora" [32]. Ya se ha consumado la derrota de Uglanov: el día 18 ninguna ovación acompaña a su informe ante el comité de Moscú y Riutin no tiene más remedio que llevar a cabo una autocrítica. El día 19, Stalin en persona le da el tiro de gracia denunciando "la desviación de derecha y las tendencias conciliadoras a su respecto" [33]. El comité de Moscú decide llevar a cabo una "reorganización": uno tras otro, los secretarios de radio critican a Uglanov y exigen su completa autocrítica.

Durante el mes de noviembre aumenta aún mar s la tensión en las altas esferas. contienda del comité Moscú obliga a Bujarin, Ríkov y Tomsky reclamar una reorganización aparato pero no consiguen que se reúna comisión debe ocuparse ello. Comprendiendo esta forma Stalin gana tiempo continuamente, deciden dar un golpe efecto dimiten simultáneamente sus cargos presi­dente Komintern redactor-jefe >Pravda, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo y presidente de los sindicatos. Su actitud supone una verdadera bofetada para Stalin, que precisamente acaba de desmentir en Moscú la existencia de divergencias reales en el Politburó; por esta razón acepta la negociación y sus tres oponentes se avienen a reconsiderar su dimisión a cambio del voto unánime de una resolución que dé prioridad a la agricultura sobre la industria pesada. El Politburó, por tanto, comparece unido ante el comité central que condena, una vez más por unanimidad, la "desviación de derecha" cuyas vinculaciones con la de izquierda ha demostrado Stalin en su informe. Los jefes del ala derecha aprueban así la campaña del aparato contra sus ideas y sus partidarios. Ríkov llega incluso a amenazar a éstos con una serie de medidas que sobrepasan el ámbito de la campaña ideológica si la oposición de derecha se atreve a "tomar forma". El reducto de la derecha en Moscú es eliminado oficialmente: Uglanov pierde el secretariado y es sustituido por Mólotov al que asiste Bauman.

Prosigue de hecho la ofensiva del "centro". En pleno corazón batalla contra los derechistas Moscú, el comité central, ha adoptado día 19 octubre un documento que se define una nueva política industrial. "Como consecuencia nuestro atraso técnico, nos resulta imposible desarrollar la, industria a ritmo no sólo permita quedarnos zaga países capitalistas sino alcance y sobrepase sin sea necesario utilización todos recursos fuerzas país, gran perseverancia férrea disciplina las filas proletariado" >[34]. Las vacilaciones de determinadas capas de la clase obrera y de ciertos sectores del partido son calificadas como "huída ante las dificultades". El consejo de economía, emprende un proyecto de plan quinquenal para la industria. A partir de entonces el choque con el segundo reducto de los derechistas, los sindicatos, presididos por Tomsky, es inevitable.

Tomsky es un burócrata enérgico -el "Gompers del Estado soviético"[35] le llama Trotsky- y está firmemente decidido a que los sindicatos conserven su función general de defensa de los intereses obreros pues ello constituye también el fundamento de su poder personal y el elemento indispensable desde su punto de vista, de la organización soviética. Ahora bien, la nueva línea limita la función de los sindicatos a la mera lucha en favor del aumento de los rendimientos y de la producción. A partir de junio, el comité central ha criticado numerosos "abusos burocráticos" en la actividad del aparato sindical, emitiendo llamamientos dirigidos a las "fracciones" sindicales del partido para que estas trabajen en su corrección: de esta forma, el partido puede intervenir directamente en los sindicatos con independencia de Tomsky. A partir de la sustitución de Uglanov, la Pravda se lanza al ataque contra todos los derechistas de los sindicatos, reprochándoles su resistencia a la autocrítica y su negativa a la política de movilización de masas cara a la construcción socialista. En el Congreso pan-ruso de los sindicatos, celebrado a finales de diciembre, Tomsky admite la existencia de ciertas insuficiencias pero también propone la renovación de los esfuerzos tendentes a conseguir un alza general de los salarios obreros. No obstante, la fracción sindical del partido presenta una resolución en la que se condena a los derechistas y se re­clama una industrialización acelerada, rechazando la concepción "puramente obrera" de los sindicatos, cuya misión ha de ser "movilizar a las masas" para "superar las dificulta­des propias del período de reconstrucción" [36]. Es aceptada por una mayoría aplastante. A esta condena tácita de Tomsky sigue la elección, entre los nuevos dirigentes, de cinco miembros importantes del partido, Kaganóvich, Kuibyshev, Ordzhonikidze, Rudzutak y Zhdánov. Tomsky será reelegido para la presidencia pero, al escapársele el control de la or­ganización, se negará a recobrar sus funciones.

La derecha con ello ve confirmarse su derrota y se dispone de inmediato a. apoyar una medida que constituye una grave amenaza. Trotsky, que ha sido conminado a renunciar a todo tipo de actividad política, se niega el día 16 de diciembre a llevar a cabo lo que, en su opinión, supondría una auténtica «abjuración», el abandono de la lucha en la que está empeñado desde hace treinta y tres años. En contra de los tres jefes de la derecha, a pesar de los esfuerzos desesperados de Bujarin y de la oposición de otro miembro del Politburó que posiblemente era Kuibyshev, Stalin consigue que se apruebe la expulsión de Trotsky del territorio de la U.R.S.S. Según las actas de la sesión, tal y como más tarde fueron publicadas por Trotsky, Stalin declaró: «Trotsky debe ser exilado en el extranjero: 1º) Porque mientras permanezca en el país., es capaz de dirigir ideológicamente a la oposición cuya fuerza numérica aumenta incesantemente; 2º) Para poder ser desacreditado ante las masas como cómplice de la burguesía a partir del momento en que se encuentre en un país burgués; 3º) Para poder desacreditarle ante el proletariado mundial pues, sin lugar a dudas, la social‑democracia utilizará su exilio contra la U.R.S.S., corriendo en auxilio de Trotsky, «víctima del terror bolchevique»; 4º) Si Trotsky ataca a la dirección haciendo revelaciones podremos acusarle de traición. Todas estas razones aconsejan su exilio»[37]. La GPU le detiene el 22 de enero junto con toda su familia y le expulsa a Turquía; para el viejo revolucionario comienza el último viaje por el "planeta sin visado". El día 23, Pravda anuncia ciento cincuenta nuevas detenciones por "actividad trotskista; entre los detenidos se encuentran Budu Mdivani, Drobnis, Pankratov y Voronsky.

La liquidación política de los derechistas

Como apunta R. V. Daniels, "la historia de oposición derecha ofrece el singular espectáculo un grupo político primero derrotado y más tarde atacado" >[38]. Efectivamente, hasta el mes de enero de 1929, se ha mantenido en el Politburó la ficción de la unanimidad, incluso ante el comité central. Sin embargo, en febrero de 1929, Stalin pide a la Comisión de Control que inicie una investigación a propósito de las conversaciones sostenidas entre Bujarin y Kámenev, reveladas por unos panfletos editados por el grupo trotskista de Moscú. Bujarin acepta el reto. Reconoce su participación en tal hecho y emprende un contra-ataque en el Politburó. Al tiempo que niega haber llevado a cabo cualquier tipo de actividad fraccional, ataca ferozmente al burocratismo de un aparato cuyo Secretario General es también su señor absoluto y en donde ningún secretariado regional ha sido elegido. Denuncia la nueva política económica como una "explotación militar-feudal del campesinado" que se encubre con las apariencias de un tributo; exige la reducción del ritmo previsto para la industrialización y el mantenimiento de un mercado libre. El y sus dos correligionario s presentan de nuevo su dimisión. Al ser acusados de romper la unidad de la dirección y de infligir un serio golpe a la del partido, terminan por retirarla, Ríkov el primero, negándose de todas formas a reconocer los errores que se les imputan. El día 27 de febrero, Mólotov amenaza, sin nombrar a nadie en concreto, desde las páginas de Pravda: "La teoría de la integración pacifica del kulak en el socialismo supone en la práctica el abandono de toda ofensiva contra él; conduce a la emancipación de los elementos capitalistas y, por último, al restablecimiento del poder de la burguesía".

En la sesión del comité central y de Comisión Control correspondiente al mes abril, los ataques Stalin, Mólotov Kaganóvich se dirigen, abiertamente esta vez, contra tres derechistas que encuentran en clara minoría. Para evitar una condena pública, aceptan votar resoluciones favor un plan quinquenal industria, contentándose con pedir obre prudencia advirtiendo peligro "abolición NEP consecuencia, el les por haber "disimulado su verdadera postura". Stalin pronuncia auténtica requisitoria Bujarin, le acusa defender "integración capitalistas socialismo", conceptos "aletargan a clase obrera, disminuyen voluntad movilización las fuerzas revolucionarias facilitan ofensiva elementos exclama, tiende frenar desarrollo industria derribar nuevas fórmulas alianza entre obreros campesinos". Seguidamente, Bujarin lamenta "degradación cívica somete partido criticándole público cuando ve obligado callar; pregunta entonces toda seriedad qué razón ha mantenido margen lucha desviación derecha: "¿Acaso grupo no comprende renunciar derecha significa traicionar Revolución? concluye: exige emprendáis lado todos miembros nuestro decidida espíritu conciliación. (...) O bien hacéis lo vosotros, congratulará ello, ese caso responsabilidad será sólo vuestra"[39].

El conflicto sigue sin ver la luz pública. En la XVI Conferencia Ríkov defiende el plan quinquenal mientras Kuibyshev amenaza a los "elementos pequeño-burgueses", "derrotistas" y faltos de confianza Politburó, Uglanov es sustituido por Bauman. junio, Tomsky eliminado dirección sindicatos Chvernik. dia 3 julio, Bujarin relevado presidencia Komintern expulsado del ejecutivo; operación ha sido facilitada alianza última hora Ercoli-Togliatti con facción estalinista.

Tal medida no será hecha pública hasta el 21 de agosto, fecha que determina comienzo la sistemática denuncia los "errores Bujarin. En sesión noviembre del comité central, Uglanov reniega sus errores. tres dirigentes encausados intentan convencer al auditorio que, realidad, se han limitado a defender un método aproximación diferente una política con están completamente acuerdo: les condena entonces por esta "maniobra fraccional" y Bujarin es expulsado Politburó. último, día 26 noviembre, capitulan toda regla: lo largo últimos dieciocho meses existido, entre nosotros mayoría central partido serie divergencias acerca cuestiones políticas tácticas. Hemos presentado nuestros puntos vista documentos declaraciones ante plenaria otras sesiones Comisión Control. Creemos nuestro deber declarar discusión, tenían razón. enfoques, presentados conocidos todos, revelado erróneos. reconocer errores, nos comprometemos, nuestra parte, hacer todos esfuerzos necesarios para emprender, junto totalidad partido, lucha decidida contra todas las desviaciones línea general particular derechistas tendencia conciliadora fin poder superar dificultades garantizar ello más rápida victoria edificación socialista"[40].

De esta forma pasa el más brillante de los teóricos bolcheviques a engrosar la cohorte "almas muertas" que unos meses antes, habían formado miembros del grupo conciliadores oposición izquierda, Preobrazhensky, Rádek y Smilgá. Con este episodio se sella larga agonía partido bolchevique. Trotsky, desde exterior, algunos irreconciliables como Rakovsky, Sosnovsky Solnzev, Siberia, siguen defendiendo las ideas integran legado bolchevique pero no tienen ya vigencia alguna en supone debía heredarlo. cierra así todo un período histórico inicia uno nuevo cuando día 27 diciembre, Stalin, articulo titulado "Al diablo NEP", anuncia lo será "gran viraje". Para hombres encabezado primera revolución proletaria victoriosa, iba constituir etapa camino les conduciría una muerte ignominiosa u oscura. 


 [1] Cf. inter alia, Plataforma de la posición de izquierda, pági­nas 30-3 1, (ed. francesa).

 [2] Corr. Int. N.º 54, 9 de junio del 28, págs. 642-644.

 [3] "Notes d’un économiste", Corr.Int. n.º 126, 20 de octubre de 1928, pág. 1369

 [4] Ibídem, pág. 1370.

 [5] Ibídem, pág. 1371

 [6] Ibídem

 [7] Ibídem, pág. 1372.

 [8] Ibídem.

 [9] Corr. Int. n.º 127, 24 de octubre de 1928, pág. 1388.

 [10] Ibídem, n.º 128, 27 de octubre de 1928, pág. 1407.

 [11] Ibídem n.º 131, 31 de octubre de 1928, pág, 1440

 [12] Pravda, 12 de septiembre de 1928, citado por Daniels, Conscien­ce, pág. 255.

 [13] Pravda, 24 de enero de 1, 929, citado por Daniels, ibídem.

 [14] Citado por Daniels, Conscience, pág. 356.

 [15] Trotsky, L’Internationale communiste aprés Lénine, pág. 74

 [16] Citado por Deutscher, El profeta desarmado, pág. 377.

 [17] <"Acerca del viraje hacia la izquierda", archivos de Trotsky, citados por Deutscher, El profeta desarmado, pág. 377.

 [18] Citado por Deutscher, op. cit. pág. 386.

 [19] Serge. Víe et mort de Leon Trotsky, págs. 213-214.

 [20] Sosnovski, "Lettres d’exil", >i>Lutte de classes n.º 17, enero de 1930, pág. 71.

 [21] Corr. Int. n.º 102, 9 de octubre de 1929, pág. 1415

 [22] Reproducidos en Les crimes de Staline, pág. 265.

 [23] Informe emitido por Bujarin ante el IX ejecutivo, Corr. Int. nº 18, 27 de febrero de 1928, págs. 231-239, Discurso de Clausura, Corr. Int. Nº 27, 15 de marzo de 1928, pág. 357. Informe ante el VI Congreso, número especial 72, 1 de agosto de 1928, págs. 840, 841 y 843.

[24] Corr. Int. nº 84, 16 de agosto de 1928, pág. 887.

[25] Corr. Int. nº 89, 22 de agosto de 1928, pág. 949.

[26] Ibídem.

[27] Más luz (N. del T.).

[28] Corr. Int. nº 89, 22 de agosto de 1928, pág. 950.

[29] Trotsky, L'I. C. aprés Lénine, pág. 34-35.

[30] Cannon, History of Américan trotskysm, pág. 49-50.

[31] Cannon, History of american trotskysm, págs. 49-50.
 

[32] Conscience, pág. 339

[33] Corr. Int. n.º 312, 3 de noviembre de 1928, págs. 1454-1457

[34] Conscience, pág. 352

[35] (N. del T.).

[36] Corr. Int. n.º 1, 5 de enero de 1929, págs. 4-5.

[37] en Fourth International n.º 1, 1942, pág. 11.

[38] Daniels, Conscience, pág. 362.

[39] , Qucstions de léninisme, t. 1, págs. 225-274.

[40] Corr. Int. n.º 18, 30 de noviembre de 1929, pág. 1578.