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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Apuntes de un periodista

Apuntes de un periodista

Apuntes de un periodista[1]

 

 

Publicado en diciembre de 1930

 

 

 

Los caballeros de la cruzada antitrotskista

 

Pravda acusa a Riutin[2] -¡a Riutin!- de trotskis­ta, y el partido no tiene más remedio que escuchar y aguantar. ¡Adónde hemos llegado! Hagamos un poco de memoria. Los iniciadores de la lucha contra el trots­kismo fueron Zinoviev y Kamenev. Posteriormente, ellos mismos se pasaron al bando trotskista, después desertaron, pero eso no altera lo anterior. El principal -mejor dicho, el único- teórico del antitrotskismo fue Bujarin, que promovió toda la campaña. El -¡Bujarin, autor del programa de la Comintern!- resultó ser un "liberal burgués" y "un agente de los saboteadores en el seno del partido". Sus repetidas declaraciones de arrepentimiento no alteran este hecho. La organización de Moscú fue confiada a Uglanov[3], con el encargo espe­cial de proseguir la lucha contra el trotskismo. Los ser­vicios prestados en este terreno recibieron más de una vez el reconocimiento oficial; pero no acababa de aplas­tar al trotskismo en Moscú, cuando ya lo desenmascara­ban como representante del kulak y del nepman. El presidente de la Comisión Central de Control de Mos­cú, que expulsaba a los trotskistas, era un personaje no del todo desconocido, Moroz. Finalizada la obra de ex­pulsión, una sesión conjunta del Comité de Moscú y de la Comisión de Control, presidida por Stalin, resolvió que Moroz, encarnación de la "conciencia del partido" a escala moscovita, en realidad carecía de conciencia (¡sic!). A la cabeza del distrito Krasnopresnensk, el principal distrito proletario de Moscú, estaba Riutin, el pilar, el hombre en quien Uglanov había depositado to­das sus esperanzas, el gran teórico del antitrotskismo en la organización de Moscú. Ahora se lo acusa de ex menchevique, renegado, saboteador, y se lo expulsa del partido. No obstante, en el período que media entre su fidelidad al menchevismo en 1917 y sus actividades destructoras en 1930, supo realizar el trabajo más duro de la organización de Moscú en la lucha contra el trots­kismo.

Podríamos alargar esta crónica indefinidamente, y más allá de los confines de la URSS. En todas las sec­ciones de la Comintern, la mayoría de los que condujeron la lucha contra el trotskismo resultaron ser dere­chistas, contrarrevolucionarios y renegados.

¿Acaso no son renegados precisamente porque li­braron una guerra de exterminio contra la única frac­ción marxista, la única fracción leninista del comunismo contemporáneo?

 

Heckert adoctrina a Liebknecht

 

Con ocasión del aniversario de la derrota de la re­volución alemana de 1918-1919, Fritz Heckert escribe en Pravda: "La Liga Espartaco cometió un gran error al considerarse un mero grupo de propaganda en las filas del Partido Socialdemócrata". Más abajo acusa a Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo y Leo Jogisches de "no haber comprendido el papel del partido revolucio­nario"[4].

Hay algo de cierto en esta observación, si bien se expresa en forma pedante y fuera de su contexto his­tórico. Pero no nos referimos a eso en este momento.

Si decimos que fue un error que Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht mantuvieran durante demasiado tiem­po a los espartaquistas como fracción revolucionaria del Partido Socialdemócrata, impidiendo así el triunfo de la revolución alemana, ¿qué decir de los caballeros que obligaron al joven Partido Comunista Chino a ingresar en un partido puramente burgués, a observar su disci­plina y aun a renunciar a su deber de oponer el marxis­mo al sunyatsenismo?[5]

Este fue, precisamente, el crimen que cometió la dirección de la Comintern en 1923-1928. Y fue Fritz Heckert quien defendió sin desmayo esta política crimi­nal del bloque de la derecha y el centro contra la Oposi­ción de Izquierda. Heckert debería ser un poco más cuidadoso en sus comentarios sobre Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ¿no es así?

 

El reclutamiento stalinista

 

En casi todos los periódicos aparece la siguiente de­claración: "Ante la duplicidad de los oportunistas, nosotros, los obreros sin partido, proclamamos nuestra fidelidad al partido".

Sigue luego una lista de obreros, con una nota al lado de cada nombre: veinte años de experiencia en fá­brica, veinticinco, veintinueve, hasta treinta y tres. Es decir, que se trata de obreros de cuarenta o cincuenta años de edad. Todos eran hombres maduros en la época de la Revolución de Octubre y la Guerra Civil. Eso no les impidió permanecer fuera del partido. Sólo la dupli­cidad de dos presidentes del Consejo de Comisarios del Pueblo, Rikov y Sirtsov, los indujo a ingresar al partido.

¿Qué clase de obreros son éstos, que pudieron retener sus puestos en la fábrica, muchas veces en la misma fábrica, durante los quince o veinte años que precedieron a la revolución? Son los más mansos, los más sumisos, con frecuencia elementos serviles, los que participan en procesiones religiosas y le llevan re­galos de cumpleaños al patrón. En los primeros años de la revolución ni siquiera osaron pensar en entrar al partido. Pero cuando los patronos, las autoridades, dan la voz de orden, no se pueden negar. Estos son los ele­mentos de la clase obrera en los que se apoya cada vez más el centrismo, a la vez que amordaza a los obreros de vanguardia.

 

El crimen mayor

 

Pravda acaba de tipificar un nuevo crimen: "los métodos trotskistas de desacreditar al mejor discípulo de Lenin, al líder reconocido del partido, el camarada Stalin". Desgraciadamente, el origen de este método trotskista se halla en el testamento de Lenin[6], que acusa a su "mejor discípulo" de rudeza, deslealtad y tendencia al abuso de poder, e insta al partido a desti­tuirlo de su puesto.

 

“Todos recuerdan”

 

El periódico Za Industrializatsia [Por la Industriali­zación], cuya redacción, digamos de paso, es muy des­cuidada, dice: "Todos recuerdan la idea, planteada en cierta época por los saboteadores de la industria meta­lúrgica del sur, de que la hidroeléctrica Dnieprostroi só­lo debería construirse cuando hubiera demanda de energía eléctrica. En otras palabras, la construcción de la usina no tenía que iniciarse si las fábricas no necesi­taban energía eléctrica. Era un ataque contra Dnieprostroi"(3 de noviembre).

¡"Todos recuerdan"! Pero también algunos recuer­dan que ésos eran los argumentos fundamentales que esgrimía el Buró Político en 1926-1927. Stalin, Molotov, Voroshilov, Kalinin, Rikov, todos se oponían al proyec­to de Dnieprostroi. La excepción eran los ucranianos, que querían la Dnieprostroi por razones propias. Stalin sostenía que construir la usina de Dnieprostroi era actuar como un campesino que adquiría un fonógrafo en vez de una vaca. Voroshilov clamaba que era ridículo construir una usina para alimentar fábricas todavía inexistentes.

Todo esto consta en las actas taquigráficas de las reuniones del Comité Central.

 

El pasado de la Oposición

 

Un extenso artículo de Pravda (21 de noviembre) critica los errores de A. P. Smirnov, ex comisario de agricultura, y de su sucesor Teodorovich, y revela su fidelidad a los Kondratievs[7]. Este artículo es fundamentalmente una paráfrasis del documento escrito que la Oposición presentó al Comité Central en 1926-1927, y que Stalin, Molotov y demás rechazaron con indigna­ción. Y así el pobre Pravda repite el pasado de la Oposición.

 

El misterio del arrepentimiento

 

Sovetskaia Sibir (Siberia Soviética) nos informa que en Kalachinsk "la actividad y preocupación principal de los comunistas ha sido últimamente reconocer sus erro­res y autoflagelarse, cosa que hacen con todo placer y frivolidad".

¿Solamente en Kalachinsk?

Ahora se arrepienten con la misma facilidad con que se suenan las narices. El conocido Bogushevski, al que durante algunos meses se lo vinculó a la extrema dere­cha (en realidad, no era derechista; sucede que no reci­bió la señal a tiempo y siguió entonando el viejo estribillo), ahora no sólo es editor de Za Industrializatsia sino que entabló una furibunda campaña contra la derecha. ¿Qué se le exigió para ocupar este elevado cargo? Nada en especial: córtate el pelo, báñate y arrepiéntete. Y el hombre queda otra vez como nuevo... hasta que viene un nuevo zigzag.

Cuando terminábamos de escribir estas líneas, los periódicos de Moscú nos trajeron las últimas noticias: Bogushevski debió sufrir una reprimenda por calificar de fraudulento el arrepentimiento de Bujarin. Otra vez no recibió la señal a tiempo y se excedió en sus funcio­nes. ¡Qué se le va a hacer: son gajes del oficio!

 

La calva Juventud Comunista

 

¿Por qué callas, Nikolai Ivanovich?

Hemos de dedicar un par de líneas para ti y para Rikov.

Este es un fragmento de un poema de Bezimenski[8], el acusador de indefensos. Considera a Nusinov, re­cientemente expulsado del partido, "un canalla de lo más abominable"[9]. ¡Eso es lo que se llama un poeta osado y perspicaz! Más abajo habla de la "canallesca carroña de todas las oposiciones", aunque el eminente Bezimenski haya pertenecido él mismo a alguna oposi­ción. Y todo esto está escrito en el estilo de los jóvenes comunistas calvos.



[1] Apuntes de un periodista. The Militant, 1º de febrero de 1931. Firmado "Alpha",

[2] M. N. Riutin: uno de los dirigentes de la cruzada antitrotskista llevada a cabo en Moscú, en 1930 fue removido de algunos de los puestos que ocupaba por supuestas simpatías hacia la Oposición de Derecha. A fines de 1932 se lo arrestó y expulsó del partido por hacer circular una plataforma de crítica a Stalin, en la que proponía una reforma del partido y de la economía por vías partidarias y constitucionales. Específicamente se le acusó de discutir con los bujarinistas y los zinovievistas.

[3] N. A. Uglanov: otro stalinista que llegó a ocupar altos puestos gracias a su antitrotskismo, y luego se convirtió en oposicionista de derecha. En 1930 lo destituyeron del Comité Central y claudicó. En 1932 lo involucraron en el caso de Riutin y volvió a claudicar. Finalmente desapareció en las purgas.

[4] Fritz Heckert: (1884-1936): ex dirigente de la Liga Espartaco que pasó a ser uno de los principales funcionarios stalinistas del PC Alemán. Siguió apoyando su política, incluso cuando ayudaron a Hitler a tomar el poder. La Liga Espartaco (Spartakusbund) se formó a principios de 1916 como ala izquierda, opuesta a la guerra, del Partido Socialdemócrata de Alemania. Cuando posteriormente hubo una ruptura y se formó el Partido Socialdemócrata Indepen­diente (USPD) en abril de 1917, el grupo Espartaco se convirtió en el ala izquierda del USPD, donde permaneció hasta el fin de la Primera Guerra Mun­dial, cuando tomó la iniciativa de formar el Partido Comunista Alemán. Entre sus dirigentes figuraban Karl Liebknecht: (1871-1919), Rosa Luxemburgo (1871-1919) y Leo Jogisches (1867-1919). Liebknecht fue el primer miembro del Reichstag que se pronunció contra la guerra, y fue encarcelado por su acti­vidad antibélica. Luxemburgo fue una fundadora del Partido Socialdemócrata Polaco, y una dirigente del ala izquierda alemana que se destacó por su oposi­ción al revisionismo y al oportunismo. Fue asesinada junto con Liebknecht. Jogisches, uno de los fundadores del Partido Socialdemócrata Polaco, fue arrestado y asesinado por la policía un mes después de la muerte de Liebknecht y Luxemburgo.

[5] Sun Yat-sen (1866-1925): fundador del movimiento nacionalista chino y del Kuomintang, fue presidente provisional de la República china en 1911 y en­cabezó hasta su muerte el gobierno nacionalista de Cantón.

[6] El testamento de Lenin y la caracterización da los dirigentes soviéticos, escrito poco antes del ataque que lo llevó a la muerte en 1924, no fue publicado por el gobierno soviético hasta después de la muerte de Stalin. Aparece en el ensayo de Trotsky El suprimido testamento de Lenin, del 31 de diciembre de 1932.

[7] Alexander P. Smirnov (1877-1938): ministro de agricultura hasta que se removió del puesto cuando se combatió al ala derecha, en 1928. En 1933 se le acusó de participar en un complot contra el gobierno y fue expulsado del Comité Central. Desapareció en las purgas. Ivan A. Teodorovich (1875-1940): desde el principio formó parte de la derecha; empezó su relación con el minis­terio de agricultura en 1920 y también desapareció en las purgas. Nikolai D. Kondratiev (1892-193?): profesor de la Academia de Agricultura y responsa­ble del Instituto de Investigaciones Comerciales de Moscú después de la Revolución. Su teoría de los ciclos de cincuenta años de duración que se autoperfeccionaban provocó una gran controversia en la década del veinte. En 1930 fue arrestado, acusado de ser dirigente del proscrito Partido Obrero y Campesino y exiliado a Siberia. Reapareció brevemente en 1931 como testigo en el juicio a los mencheviques.

[8] Nikolai Ivanovich es Bujarin. Alexanader Bezimenski (n. 1898): figura des­tacada, junto con Averbach, de la Asociación Rusa de Escritores Proletarios (AREP); llegó a la cumbre de la popularidad en 1929-1931.

[9] Juego de palabras con el nombre ruso Nusinov y el término gnusni, que significa abominable. (Nota del traductor al inglés)



Libro 2