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Red Internacional

Aniversario. Aleksandra Sokolovskaya: militante revolucionaria fusilada por Stalin

El 29 de abril de 1938 fue condenada a muerte e inmediatamente fusilada por el estalinismo Aleksandra Lvovna Sokolóvskaya. Era una revolucionaria marxista rusa. Pero fue más conocida como la primera esposa de León Trotsky.

Viernes 30 de abril de 2021

Nació en Verjnodniprovsk, Ucrania en 1872. Tenía 5 hermanos que se sumaron en su juventud a corrientes revolucionarias.

Aleksandra estudió obstetricia en Odessa, donde conoció a jóvenes revolucionarios y decidió su militancia marxista. En 1890 se trasladó a Nikolaiev, ya convencida de sus tareas. Seis años más tarde organizó el "Sindicato de Trabajadores del Sur de Rusia". Luego tuvo un papel importante en el círculo que se formó alrededor del jardinero Chwigovsky, socialista checo. El círculo en sus inicios era populista (incluido Trotsky que con 16 años formaba parte de él). La única marxista era Aleksandra. En la ciudad había empresas con gran cantidad de obreros. El círculo de jóvenes revolucionarios fue creciendo, repartían proclamas revolucionarias en las fábricas y pasaron a llamarse la Unión Obrera de la Rusia meridional. Dos hermanos de Aleksandra también formaron parte de ella.

El círculo de Nikolaiev. A la izquierda de Aleksandra uno de sus hermanos. A la derecha Trotsky
El círculo de Nikolaiev. A la izquierda de Aleksandra uno de sus hermanos. A la derecha Trotsky

Trotsky cuenta en Mi vida la redada de la policía en la que comenzaron las detenciones. "Resolvimos dispersarnos algunas semanas y salir de Nikolaiev, para despistar a la policía. Yo me iría con mis padres al campo; Sokolovskaya y su hermano irían a Ekaterinoslav, etc.". Pero cayeron en las detenciones en masa de 1898. Trotsky estuvo en la cárcel de Nikolaiev, luego la de Jerson (Odessa) y de ahí a Moscú. Para luego ser deportado a Siberia.

Aleksandra y Trotsky en 1897
Aleksandra y Trotsky en 1897

"Tardamos en llegar a la aldea de Ust-Tusk (...). Fue allí que me dejaron con una mujer con la cuál nos habíamos acercado en el incidente de Nikolaiev. Aleksandra Lvovna había ocupado uno de los primeros lugares en la Unión Obrera de la Rusia meridional. Su profunda devoción por el socialismo y su completa abnegación, alejada de todo interés personal, le otorgaban una autoridad moral indiscutible. El trabajo común nos unió estrechamente; para no ser deportados por separado, nos casamos en la cárcel de Moscú".

En Siberia vivieron en una aldea cerca del río Lena con un centenar de isbas (típicas viviendas campesinas rusas). Se instalaron en una donde abundaban las cucarachas y los mosquitos. "Era una vida sombría, limitada, alejada lo más posible del mundo". Se pudieron trasladar de Ust- Kut a Verjolensk donde tenían otros amigos marxistas. Zina, la primera hija del matrimonio ya tenía 10 meses. Trotsky se dedicó al estudio, escribió en un periódico populista donde iban ganando terreno los marxistas. En 1902 recibió libros con publicaciones insertadas en papel muy fino. Así, junto a Aleksandra, se enteraron que Lenin había fundado un periódico en el extranjero, el Iskra, y que en Ginebra se editó su folleto Qué hacer?

Deportados en Siberia. Parado a la izqierda Trotsky. A la derecha Aleksandra con Zina en sus brazos.
Deportados en Siberia. Parado a la izqierda Trotsky. A la derecha Aleksandra con Zina en sus brazos.

"Por entonces, mi esposa y yo ya teníamos dos niñas, la menor iba a cumplir cuatro meses. La vida en Siberia era dura. Mi evasión iba a imponerle a Aleksandra Lvovna una doble carga. Pero ella rechazó esta consideración con una sola expresión: ’es necesario’. El deber de revolucionario era para ella superior frente a todas las cuestiones, y ante todo, en las cuestiones personales. Fue la primera en idear esta evasión cuando nos dimos cuenta de los nuevos e importantes problemas que se nos planteaban. Disipó, en este punto, todas mis dudas. Durante varios días después de mi desaparición, logró disimular mi ausencia frente a los policías. Habiendo llegado al extranjero apenas logré mantener correspondencia con ella. luego, ella sufió una segunda deportación. Más tarde solo nos encontramos en diversas ocasiones por casualidad. La suerte nos había separado, pero guardamos indisolubles lazos de ideas y de amistad".

Según Deutscher en El profeta armado, luego de que Trotsky conoció y unió su vida a Natalia Sedova en París, Sokolovskaya siguió siendo su esposa legal y llevando su nombre. A ninguno de los tres les importaban en absoluto las minucias legales de su relación: al igual que otros revolucionarios, descartaban por principio los cánones de la respetabilidad pequeñoburguesa. (...) Los vínculos de respeto y de amistad en un plano superior que los unía a los tres revolucionarios hasta el final, y a la larga el destino político de Trotsky afectó de manera igualmente trágica a las dos mujeres y a los hijos de ambas".

Esto aleja la visión que han querido dar algunos historiadores de una actitud machista de parte de Trotsky y de víctima por parte de Aleksandra. Fue una decisión conciente y conjunta tomada con una visión marxista del futuro revolucionario, convencidos de que Trotsky estaba preparado para jugar un gran rol en la revolución.

No se sabe mucho sobre la vida de Sokolovskaya después de 1902. Sus hijas fueron criadas principalmente por David y Anna Bronstein, los padres de Trotsky, en Yanovka (Ucrania). Cuando Zina salió de la URSS para ir a curarse de tuberculosis en Alemania, Sokolovskaya crió a su nieta Aleksandra emtre 1932 y 1935 ya que el esposo de Zina, Zakhar Moglin, fue arrestado en 1932. Según la familia, Sokolovskaya era educadora y era cercana, a la viuda de Lenin, Nadezhda Krupskaya, a principios de la década de 1930.

Sokolovskaya fue arrestada en 1935. Fue vista por última vez en un campo de trabajo de Kolyma por Nadezhda Joffe, la hija de Adolph Joffe.

Aleksandra le llevaba 7 años a Trotsky. Tuvo una formación y práctica marxista que llevó adelante con gran convicción. Ha sidoe subestimada como una dirigente revolucionaria inclaudicable. Ni al régimen zarista ni al estalinista. El primero la condenó a cárceles y destierros. El segundo forzó la muerte de sus dos hijas. Pero siguió militando por las mismas ideas marxistas que hoy nos unen para terminar con el sistema capitalista a través de la revolución socialista.

¡Tomemos en nuestras manos el legado de estas grandes revolucionarias para llevar los desafíos que tenemos por adelante!


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