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Un debate de estrategias

Un debate de estrategias

Conferencia pronunciada por Emilio Albamonte en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA el 24 de noviembre de 2007, en una sesión de homenaje a 90 años de la Revolución Rusa.

por Emilio Albamonte

Isaac Deutscher, el gran biógrafo de León Trotsky, comienza El profeta desarmado, que es el libro donde Deutscher relata la lucha de Trotsky contra la burocracia stalinista, planteando que él tiene que rescatar a Trotsky de una montaña de perros muertos, de la misma forma que Carlyle, el biógrafo del gran revolucionario de la revolución inglesa de 1648, Oliver Cromwell, había tenido que sacar al Lord Protector de la montaña de perros muertos creada por los contrarrevolucionarios y por los conciliadores de esa época, que se habían pasado a la contrarrevolución. En este sentido creo que nosotros, además de las discusiones históricas, que son muy importantes porque hay que demostrar que la burocratización no fue un proceso inevitable y que el stalinismo no fue el resultado automático del bolchevismo, como explicó Christian Castillo, para discutir la vigencia de la revolución tenemos que discutir qué estrategias son útiles hoy para el proletariado y para las masas explotadas para acabar con la explotación y la opresión en el mundo. Para discutir eso, tenemos que empezar a discutir qué es estrategia.

Táctica y estrategia

La palabra estrategia viene del pensamiento militar, la Segunda Internacional que se fundó en 1889 todavía hablaba en términos de táctica. La táctica era la clave, inclusive si ustedes leen a Lenin antes de 1914, hablaba de la teoría marxista y de la táctica del movimiento obrero. Sólo la Revolución Rusa va a volver a poner en el vocabulario ese término sacado de lo militar y que tiene mucho que ver con el desarrollo de la propia etapa imperialista que es el término de estrategia, como decía Clausewitz: el objetivo de la guerra es doblar la voluntad del adversario para imponerles nuestra propia voluntad. Eso es lo que tienen que hacer los explotados si quieren superar la explotación y la opresión.
Entonces, según el pensamiento militar convencional estrategia, por definición, es el plan para dirigir una campaña militar, y táctica, es el plan para dirigir una batalla. Una campaña está compuesta de diversas batallas, las batallas son tácticas con respecto a la campaña militar. León Trotsky, que junto con Lenin y la Tercera Internacional son los primeros que llevan el término de estrategia a las conclusiones de la Revolución Rusa, dice que “la táctica es el arte de dirigir las operaciones aisladas”. Es decir, si participamos en elecciones es una operación aislada. Si participamos de un sindicato y ganamos una comisión interna es una operación aislada. Aún la participación en una insurrección espontánea como el Cordobazo es una batalla táctica.
Y entonces ¿qué quiere decir estrategia? Para Trotsky la estrategia es el arte de hacerse del mando; combinar todos los elementos para apoderarse del mando, es decir, para vencer. Los revolucionarios no participamos de los sindicatos, de las elecciones, de las jornadas revolucionarias como las del 2001, etc. sólo por participar, ni para crear alas izquierda en los parlamentos, ni para crear nuevas direcciones en los sindicatos, ni solo para luchar en las luchas económicas, etc. sino para unir todos los medios en el momento preciso para volcarlos contra la burguesía torcer su voluntad e imponer la voluntad de los explotados. Eso es estrategia, todo lo demás, en función de eso, es táctica.
La Revolución Rusa y la historia del Partido Bolchevique nos enseñó que la clave de la discusión de un marxista revolucionario es aprender el arte de vencer y el arte de vencer es la concentración en el lugar más débil del enemigo, en el momento que está más desorganizado y que la “tropa propia” es más fuerte, unir todos los medios para darle un golpe de knock out por el cual no se pueda levantar y en ese periodo desarrollar la revolución tanto interna como internacional.

El debate de estrategias

Quería hacer este homenaje hoy a la Revolución Rusa, discutiendo contra un sentido común, que es que la estrategia surgida de esa revolución es una estrategia anacrónica, pasada de moda. Quiero discutir a partir de las grandes revoluciones del siglo XX. Quiero decir que las estrategias y las tácticas surgieron de los momentos de revolución (y también de no revolución) del siglo XIX y XX. Podemos decir que la Revolución Rusa dio lugar a una estrategia, que es la estrategia de la toma del poder por la clase obrera y la dictadura del proletariado. Pero otras grandes revoluciones, como la Revolución China o la Revolución Vietnamita, dieron lugar a otras estrategias, la estrategia de la guerra popular prolongada; y el análisis de la experiencia de la Revolución Cubana por Ernesto Guevara y Régis Debray dio origen a la estrategia del foquismo. Yo me voy a referir a esas distintas estrategias y también me voy a referir a una táctica transformada en estrategia que es participar en luchas sindicales y en las elecciones; discutiendo con Rosa Luxemburg, a esta suma de tácticas Karl Kautsky la denominó “estrategia de desgaste”.
Aparte de esas estrategias que surgieron en las revoluciones y de la “estrategia de desgaste”, hay otras dos estrategias, o una que la podemos dividir en dos. Por un lado, la estrategia autonomista, que considera que la clave es la actuación del movimiento social separado de toda discusión por el poder porque el poder burocratiza y crea una división entre dirigentes y dirigidos que inevitablemente lleva a la burocracia. El teórico actual de esta es Toni Negri, pero la referencia política más importante es el Ejercito Zapatista de Liberación del subcomandante Marcos.
Otra estrategia, que esta emparentada con esta pero no es lo mismo, es el anarquismo, que opina que no hay que participar de los sindicatos porque son agencias de la burguesía o a lo sumo sólo hay que participar en sindicatos revolucionarios, que no hay que participar en los parlamentos y que la clave no es construir un Estado obrero transicional cuando se toma el poder, sino que hay que abolir el Estado inmediatamente.



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