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Cuadernos 15 - Los trotskistas contra Stalin

Introducción

Introducción

“Los organismos de la dictadura proletaria no pueden admitir que exista en el país de la dictadura del proletariado una organización ilegal antisoviética que, aunque numéricamente insignificante, posee sin embargo sus propias imprentas, sus comités, intenta organizar huelgas antisoviéticas y prepara a sus partidarios para una guerra civil contra la dictadura proletaria (…)”.

“Parecería ser que no todos los miembros del Partido se dan cuenta claramente de que entre la antigua oposición trotskista en el seno del PCUS y la organización trotskista ilegal actual que se encuentra por fuera de las filas del PC de la URSS existe un abismo profundo. No obstante, es tiempo de asimilar esa verdad manifiesta. Es, por tanto, absolutamente inadmisible tomar esta actitud ‘liberal’ frente a las organizaciones trotskistas ilegales activas que se manifiesta a veces en algunos miembros del Partido. Todos los miembros del Partido deben tomar nota de este asunto”.

Editorial de Pravda, 24 de enero de 1929

El carácter oculto de los “papeles del exilio” ha contribuido a falsear la óptica de muchos de los trabajos históricos sobre la URSS. A falta de los documentos a los que hoy puede accederse, se ha reducido a la Oposición de Izquierda, luego a la IV Internacional que surgió de ella, a un simple reflejo de los brillantes escritos de Trotsky. En realidad, la organización, luego la corriente bolchevique-leninista en el Partido Comunista de la Unión Soviética, han constituido el nudo de la Oposición de Izquierda Internacional -al interior de la Internacional Comunista- y por ende de la IV Internacional. Existe, a través de los militantes soviéticos, una verdadera filiación, un lazo histórico concreto entre el bolchevismo y el trotskismo, mientras que la versión tradicional no ve entre ellos más que una identidad de puntos de vista, o incluso una simple repetición.
El trabajo de notas de las Obras de Trotsky(1) nos ha conducido tras las huellas de sus camaradas de combate en la Unión Soviética misma. Mediante nuestro trabajo de documentación, en primer lugar, hemos descubierto el importante rol que jugaron los rusos, miembros de la Oposición, “exiliados” en la diplomacia o las misiones económicas, como lo estuvieron, por ejemplo, en París Christian G. Rakovsky o Preobrajensky(2) sobre los militantes del PC en el extranjero.
En misión gubernamental oficial, estos militantes hacían, en realidad, una parte de su actividad política en el marco de un trabajo “fraccional”; en otros términos, fue por su intermedio que la Oposición rusa llegó al extranjero. Se sabe, por ejemplo, que fue Pyatakov, representante de la Oposición Conjunta en París quien financió la creación de “Contra la Corriente” y se esforzó en vano por unificar los grupos franceses de oposición de 1926(3). Se sabe, del mismo modo, que las primeras iniciativas para constituir en Checoslovaquia una Oposición Conjunta fueron alentadas y apoyadas materialmente por el diplomático soviético Kanatchikov(4). Los recuerdos de la alemana Ruth Fischer(5) abundan en múltiples detalles de este tipo: A.V. Hertzsberg(6), agregado de la misión comercial de Berlín, G.I. Safarov(7), miembro de la delegación de Estambul, en donde no residía, N.N. Perevertsev(8), miembro de una comisión internacional sobre los ferrocarriles en Génova, atravesaba Europa trabajando a cuenta de la Oposición de Izquierda rusa que contaba, por otra parte, con tres empleados permanentes de la delegación en Berlín: Issaiev, Turov y Kaplinsky(9). La misma menciona el rol oculto de consejero e impulsor de la izquierda alemana del trotskista ruso E.B. Solntsev(10). Precisa que una veintena de funcionarios soviéticos con puestos en el extranjero asistían, por otra parte, en diciembre de 1927 a la conferencia internacional de la Oposición que se realizó al mismo tiempo que el XV Congreso del PCUS, bajo la presidencia del ruso Safarov y en presencia, precisamente, de Solntsev(11).
En 1928, uno de los lazos de la Oposición de Izquierda con los franceses simpatizantes era un miembro de la delegación comercial, jefe de la oficina de información, el profesor rojo Solomon Kharin, llamado comúnmente Joseph(12).
Hay que agregar que numerosos militantes comunistas que se unieron a la Oposición de Izquierda lo hicieron a partir de su posición sobre la “cuestión rusa”. Estos hombres habían estado en la URSS, donde frecuentemente habían trabajado, y allí habían sido ganados para la Oposición. El más conocido es, evidentemente, el catalán Andrés Nin, secretario en Moscú de la Internacional Sindical Roja e integrante del soviet de la capital, miembro de la Oposición desde 1923 e impulsor de su comisión internacional. En Moscú, Nin ganó, por ejemplo, al obrero panadero negro Sandalio Junco, quien iba a implantar el “trotskismo” en Cuba(13). Del mismo modo, el primer grupo de Oposición de Izquierda en Brasil fue fundado por el antiguo representante del PC en Moscú, Rodolfo Cutinho(14). La mayoría de los cuadros de la Oposición de Izquierda en China, empezando por Liu Renjing(15), adhirieron a la Oposición mientras eran estudiantes en la Universidad de los Pueblos de Oriente en Moscú entre 1925 y 1927. Uno de los primeros trotskistas checos fue un militante de Brno, Vladislav Burian, quien había sido uno de los primeros dirigentes del PC checo refugiado en Moscú en 1925, ganado por la Oposición simultáneamente con el presidente de la Juventud Comunista de Checoslovaquia, Karel Fischer, apodado Michalec, “zinovievista”, junto a su amigo serbio Voja Vuyovic, mientras que el joven delegado de Praga a una conferencia de organización de la JC en Moscú, Wolfgang Salus(16) se encontró allí con los oposicionistas rusos que lo convencieron de la justeza de la plataforma de la Oposición. Finalmente, no omitiremos decir que la Oposición de Izquierda en América del Norte fue constituida por iniciativa de dos delegados al VI congreso de la IC, el americano James P. Cannon y el canadiense Maurice Spector(17), quienes habían encontrado entre sus documentos del Congreso -donde había sido deslizado por manos clandestinas- la “Crítica del proyecto de programa de la Internacional Comunista” que Trotsky acababa de redactar en Alma-Ata(18).
Pero existe hoy una razón suplementaria para estudiar de cerca la historia de la Oposición de Izquierda en la Unión Soviética luego de su expulsión del Partido en diciembre de 1927. Es que la lucha contra el “trotskismo” constituyó una etapa decisiva en el desarrollo y la instauración del totalitarismo estalinista, y fue contra los “bolcheviques-leninistas” que se puso a punto y se perfeccionó el sistema contemporáneo del aparato policíaco, de la GPU al gulag, recientemente descubierto por tantos falsos ingenuos o auténticos cretinos. Desde este punto de vista, la historia de la Oposición de Izquierda rusa no se nos aparece como un simple episodio, sino como una página capital de la historia de la propia Unión Soviética.
Aquí, nos ha interesado, para presentar mejor los documentos inéditos encontrados en los papeles del exilio de Trotsky(19), la organización clandestina de los “trotskistas” en la Unión Soviética, desde su entrada en la ilegalidad, en diciembre de 1927, en el curso del XV Congreso, hasta la desaparición de sus últimos sobrevivientes. Recordemos simplemente que la tendencia expulsada en el XV Congreso, la “Oposición Conjunta”, tenía en ese momento dieciocho meses de existencia y había nacido en 1926 de la fusión entre dos de las más antiguas “frac- ciones” del Partido, la Oposición de Izquierda, llamada “oposición de 1923”, organizada alrededor de Trotsky, y la “nueva oposición” constituida en 1925 en Leningrado por Zinoviev y Kamenev(20).
Luego de haber privado a la Oposición Conjunta de sus medios de expresión acusándola de actividades “fraccionales”, luego de haber detenido a muchos de sus responsables en una provocación organizada por la GPU, el caso de la imprenta y del “oficial de Wrangel”(21), la dirección del partido -Stalin, apoyado por Bujarin- en el XV Congreso dio un paso decisivo, decretando la incompatibilidad entre la pertenencia al Partido y la adhesión a las ideas de la Oposición. Esta última estalló, entonces, en el curso mismo del congreso. Kamenev y Zinoviev, seguidos por el núcleo de la antigua oposición de Leningrado, declararon rápidamente que renunciaban a defender las ideas que habían sostenido hasta el momento. Por el contrario, en una declaración apoyada por Smilga, Muralov y Radek, Christian Rakovsky afirmó la determinación de los bolcheviques-leninistas de continuar el combate por la defensa de la plataforma y de los principios de la Oposición y reivindicó la reintegración de los excluidos al partido, sobre la base de sus derecho(22).
A pesar de las apariencias, el estallido de la Oposición Conjunta no se hizo sobre la línea de quiebre entre sus dos principales partes constituyentes, los “zinovievistas” y los “trotskistas”. Por una parte, uno de los principales dirigentes de la antigua “nueva oposición”, I. T. Smilga(23) -que había combatido a la Oposición de Izquierda de 1923 a 1925- rompió con Zinoviev-Kamenev y, firmando el texto de Rakovsky, se unió a Trotsky. Por otra parte, una importante fracción de la antigua oposición de Leningrado, jóvenes esencialmente, siguieron a Safarov y rechazaron ir tras sus dirigentes históricos en la vía de la capitulación. Los trotskistas pegaron sobre el entorno inmediato de los dirigentes zinovievistas ganándose, ante sus propios ojos, al mismo secretario de Kamenev, Filip Schwalbe(24).
Había allí un hecho mayor que ni la capitulación rigurosa, el 27 de enero de 1928, de Zinoviev y Kamenev que declaraban renunciar a las mismas ideas que habían sido suyas, ni a de los “trotskistas” desmoralizados como Yuri Pyatakov, algunos meses más tarde, lograron cambiar: el grueso de las tropas de la Oposición de Izquierda expulsada del Partido, los batallones de los miles de irreductibles, se ubicaban de ahora en más bajo la bandera de Trotsky.